Creo que puedo.
Creo que puedo.
De crear,
de creer.
Échate, una última vez
y derrama mi fortuna.
Procuro no guardarla
en la punta de la lengua
en la yema de los dedos
“esto también pasará”.
Échate como la suerte,
boca arriba.
Mírame.
Mírame bien.
No tengo miedo.
Es solo otra pequeña muerte
de las muchas que hay.
