El diccionario urbano disponible en Google define douche como aquella persona que ha demostrado carecer de capacidades mentales/emocionales importantes de una u otra manera, siendo comparados con productos de higiene femenina. Nos sugiere, además, no confundirlo con douche bag, palabra que describe a todo aquel individuo que «ha sobrepasado los niveles de atorrante y cretino sin haber alcanzado aún status de hijo de puta». O sea, uno es un imbécil por desatinado y el otro, por convicción.
Dado que sería muy douche bag de mi parte juzgar la paja en el ojo ajeno sin reconocer my own private Idaho, empezaré por mí. Soy un poco douche. Cuando menos un subgénero de douche, del tipo que uno diría que fue criado por lobos. Me gustaría decir que voy a cambiar, but I probably won’t. No sé si es el peor tipo de douche que uno puede ser, además. Mi doucheness es la inevitable conclusión de años de emotional detachment. He pasado mucho tiempo tratando de desvincularme emocionalmente de las cosas que pasan a mi alrededor, quizá por desidia, flojera de lidiar, miedo a ser lastimado or all of the above. Si bien, eso no ha mellado en la amarga dulzura que aún conservo para mis verdaderos amigos, el resto del mundo me percibe indolente, insensible, entitled or just plain bitch from hell.
A veces lo soluciono diciendo que tengo Asperger. Life’s too short for bullshit. Pretender por el qué dirán es una pérdida del tiempo. Si no despiertas algún tipo de interés en mí, sencillamente pasaré de ti y tú, no sin razón, dirás qué fuckin’ douche. Porque evidentemente no es tu intensión ni tu misión impresionarme, but then why do you care if I don’t care? No lo hago con mala intención y de hecho he mejorado en dar más oportunidades, como me han sido dadas a mí, pero hay una cuestión química que atrae a las personas y forma vínculos y sigo dejándome llevar por ella. I’m quick to judge, que es un gran defecto y lo admito. Lamentablemente, usualmente juzgo correctamente lo cual refuerza mi comportamiento. Pero esa es mi batalla, juzgar menos y, en consecuencia, ser menos duro y menos douche.
Habiendo establecido mi posición en la manada, puedo reconocer a mis congéneres y otras subespecies, cada cual coloreando su doucheness con su propio set de crayolas. Por ejemplo, los hipsters son una clase de douche. Anoche vi una impresionante cantidad de vestidos/camisas vintage, sombreros de todo tipo y tupidas barbas y pensé «toda esta gente debe llevarse súper bien, con tantas cosas en común». Pero no. Los hipsters se alimentan de una pretensión sobrenatural que los obliga a distinguirse en un mar de gente que se ve y actúa exactamente igual. Entonces sale por ahí la guerrilla fashion blogger, que es como llamaremos a estas mujeres con faux fur, vestidos de su abuela y un blog en Tumblr, como respuesta y antónimo a la fashion blogger contratada por un retailer (hot blogger, is it?). Les gustan las mismas cosas y podrían ser amigas, pero no lo son. Esto podría escalar a d-bag status si, además, son vicious to one another. Tipo, «no me compares con esa pordiosera» o esa que «recién está empezando».
¿Y qué onda con los ~tuitstars~? Gente a la que le han chupado la pinga virtual al punto de la sinrazón. De hecho, much@s son personas súper interesantes y buena onda, pero los hay también en su versión (yup, you guessed it) MEGA douche. Gente que aún en 2013 sigue aduciendo que son la «primera promoción del Twitter» y por ende deben ser considerados en el Partenón de los microblogs como líderes de opinión (por encima de toda esa gente que, aunque tenga mejores ideas o sea más entretenida, se subió al coche muy tarde). Escúchenme, no sean ridículos, get over yourselves! Es una red social, #no1currs. Ahora me van a decir que, además, son Tumblr famous…
Además, tenemos el douche clásico, un modelo que no pasa de moda against our better efforts. Para ejemplificar esto voy a citar unos mensajes de Whatsapp que recibí esta mañana e inspiraron este post. Cualquier persona que, públicamente, emita frases como «este viernes empieza el arroche», «arrochando mal en Toro» o «noveno Cuba Libre de la noche, esto debe parar» es, sin duda alguna, un douche en su acepción más pura. Tipo, amigo, no. Amiga, date cuenta. Este es el tipo de douche que más rápido upgrades to d-bag, pues es tan jactancioso y self-deluded que tiende a rechazar a todos aquellos que no arrochan mal en Toro y, por ende, se interponen en su camino hacia el arroche. It can get wicked pretty fast. Además, crearon el sustantivo «arroche» (which encompases everything that’s wrong with the world), SUCH D-BAGGERY!
Finalmente, no puedo hablar de douches sin mencionar a los gays. Honestamente, a veces creo que somos la madre del cordero y el resto simplemente nos copió (as it so often happens with everything else we do). We’re clique-y motherfuckers y que nadie me diga que no. La línea que divide a los douches de los douche bags entre los gays está ubicada en un cuarto oscuro y ya nadie la ve, la cruzamos campantes una y otra vez. Las habladurías pueden ser de lo más atroces y virulentas. Cuando escucho «comunidad gay» siempre ruedo los ojos hacia atrás cual Geena Davis en Beetlejuice. Cero comunidad. Nunca he visto gente más empecinada en tratarse mal. Con tus amigos, todo bien, pero con el resto… «throwing shade like confetti«, como me dijo un amigo. Es como Mean Girls, pero peor porque es real y somos hombres adultos. En fin, soy culpable de ello también, he colaborado en más de una ocasión. Cuando pienso en ello, realmente me arrepiento porque me da real vergüenza.
Evidentemente, el problema y común denominador de todos estos grupos es que no pueden evitar juzgarse los unos a los otros. He conocido muy pocas personas en el mundo que son verdaderamente accepting; me sorprende un culo. Cuando converso con ellas me doy cuenta lo avanzadas que están y cuán lejos estoy en mi cruzada interminable por ser menos douche. Suena tan simple en teoría -no juzgar a las personas, vivir y dejar vivir-; sin embargo es tan difícil lograrlo. Al latino le encanta el raje, el peruano, además, es particularmente fijón. ¡Qué horrible! Genética y socialmente predispuestos a este drama que nos vuelve douches. «I wish we could all get along like we used to in middle school; I wish I could bake a cake filled with rainbows and smiles and everyone would eat and be happy«. Pero no. Quizá algún día. Meanwhile… we’re exaggerated eyeroll monsters. De hecho, todo este post ha sido súper douche. Fail.