Archivos Mensuales: julio 2013

D-listers

El diccionario urbano disponible en Google define douche como aquella persona que ha demostrado carecer de capacidades mentales/emocionales importantes de una u otra manera, siendo comparados con productos de higiene femenina. Nos sugiere, además, no confundirlo con douche bag, palabra que describe a todo aquel individuo que «ha sobrepasado los niveles de atorrante y cretino sin haber alcanzado aún status de hijo de puta». O sea, uno es un imbécil por desatinado y el otro, por convicción.

Dado que sería muy douche bag de mi parte juzgar la paja en el ojo ajeno sin reconocer my own private Idaho, empezaré por mí. Soy un poco douche. Cuando menos un subgénero de douche, del tipo que uno diría que fue criado por lobos. Me gustaría decir que voy a cambiar, but I probably won’t. No sé si es el peor tipo de douche que uno puede ser, además. Mi doucheness es la inevitable conclusión de años de emotional detachment. He pasado mucho tiempo tratando de desvincularme emocionalmente de las cosas que pasan a mi alrededor, quizá por desidia, flojera de lidiar, miedo a ser lastimado or all of the above. Si bien, eso no ha mellado en la amarga dulzura que aún conservo para mis verdaderos amigos, el resto del mundo me percibe indolente, insensible, entitled or just plain bitch from hell.

A veces lo soluciono diciendo que tengo Asperger. Life’s too short for bullshit. Pretender por el qué dirán es una pérdida del tiempo. Si no despiertas algún tipo de interés en mí, sencillamente pasaré de ti y tú, no sin razón, dirás qué fuckin’ douche. Porque evidentemente no es tu intensión ni tu misión impresionarme, but then why do you care if I don’t care? No lo hago con mala intención y de hecho he mejorado en dar más oportunidades, como me han sido dadas a mí, pero hay una cuestión química que atrae a las personas y forma vínculos y sigo dejándome llevar por ella. I’m quick to judge, que es un gran defecto y lo admito. Lamentablemente, usualmente juzgo correctamente lo cual refuerza mi comportamiento. Pero esa es mi batalla, juzgar menos y, en consecuencia, ser menos duro y menos douche.

Habiendo establecido mi posición en la manada, puedo reconocer a mis congéneres y otras subespecies, cada cual coloreando su doucheness con su propio set de crayolas. Por ejemplo, los hipsters son una clase de douche. Anoche vi una impresionante cantidad de vestidos/camisas vintage, sombreros de todo tipo y tupidas barbas y pensé «toda esta gente debe llevarse súper bien, con tantas cosas en común». Pero no. Los hipsters se alimentan de una pretensión sobrenatural que los obliga a distinguirse en un mar de gente que se ve y actúa exactamente igual. Entonces sale por ahí la guerrilla fashion blogger, que es como llamaremos a estas mujeres con faux fur, vestidos de su abuela y un blog en Tumblr,  como respuesta y antónimo a la fashion blogger contratada por un retailer (hot blogger, is it?). Les gustan las mismas cosas y podrían ser amigas, pero no lo son. Esto podría escalar a d-bag status si, además, son vicious to one another. Tipo, «no me compares con esa pordiosera» o esa que «recién está empezando».

¿Y qué onda con los ~tuitstars~? Gente a la que le han chupado la pinga virtual al punto de la sinrazón. De hecho, much@s son personas súper interesantes y buena onda, pero los hay también en su versión (yup, you guessed it) MEGA douche. Gente que aún en 2013 sigue aduciendo que son la «primera promoción del Twitter» y por ende deben ser considerados en el Partenón de los microblogs como líderes de opinión (por encima de toda esa gente que, aunque tenga mejores ideas o sea más entretenida, se subió al coche muy tarde). Escúchenme, no sean ridículos, get over yourselves! Es una red social, #no1currs. Ahora me van a decir que, además, son Tumblr famous…

Además, tenemos el douche clásico, un modelo que no pasa de moda against our better efforts. Para ejemplificar esto voy a citar unos mensajes de Whatsapp que recibí esta mañana e inspiraron este post. Cualquier persona que, públicamente, emita frases como «este viernes empieza el arroche», «arrochando mal en Toro» o «noveno Cuba Libre de la noche, esto debe parar» es, sin duda alguna, un douche en su acepción más pura. Tipo, amigo, no. Amiga, date cuenta. Este es el tipo de douche que más rápido upgrades to d-bag, pues es tan jactancioso y self-deluded que tiende a rechazar a todos aquellos que no arrochan mal en Toro y, por ende, se interponen en su camino hacia el arroche. It can get wicked pretty fast. Además, crearon el sustantivo «arroche» (which encompases everything that’s wrong with the world), SUCH D-BAGGERY!

Finalmente, no puedo hablar de douches sin mencionar a los gays. Honestamente, a veces creo que somos la madre del cordero y el resto simplemente nos copió (as it so often happens with everything else we do). We’re clique-y motherfuckers y que nadie me diga que no. La línea que divide a los douches de los douche bags entre los gays está ubicada en un cuarto oscuro y ya nadie la ve, la cruzamos campantes una y otra vez. Las habladurías pueden ser de lo más atroces y virulentas. Cuando escucho «comunidad gay» siempre ruedo los ojos hacia atrás cual Geena Davis en Beetlejuice. Cero comunidad. Nunca he visto gente más empecinada en tratarse mal. Con tus amigos, todo bien, pero con el resto… «throwing shade like confetti«, como me dijo un amigo. Es como Mean Girls, pero peor porque es real y somos hombres adultos. En fin, soy culpable de ello también, he colaborado en más de una ocasión. Cuando pienso en ello, realmente me arrepiento porque me da real vergüenza.

Evidentemente, el problema y común denominador de todos estos grupos es que no pueden evitar juzgarse los unos a los otros. He conocido muy pocas personas en el mundo que son verdaderamente accepting; me sorprende un culo. Cuando converso con ellas me doy cuenta lo avanzadas que están y cuán lejos estoy en mi cruzada interminable por ser menos douche. Suena tan simple en teoría -no juzgar a las personas, vivir y dejar vivir-; sin embargo es tan difícil lograrlo. Al latino le encanta el raje, el peruano, además, es particularmente fijón. ¡Qué horrible! Genética y socialmente predispuestos a este drama que nos vuelve douches. «I wish we could all get along like we used to in middle school; I wish I could bake a cake filled with rainbows and smiles and everyone would eat and be happy«. Pero no. Quizá algún día. Meanwhile… we’re exaggerated eyeroll monsters. De hecho, todo este post ha sido súper douche. Fail.

 

Carta abierta a los clósets

Querido clóset,

Acabo de ver una película llamada «Gayby». In case you’re wondering, it stands for «gay baby», as in el bebé de una pareja gay (o en este caso de una mujer horrible y su mejor amigo gay). Es como El Objeto De Mi Afecto pero más real, I guess. No estuvo mal, hubieron un par de escenas que me hicieron reír. Las busqué en YouTube, pero no encontré, so you’ll just have to take my word for it. El punto es que vi esta película sobre gays y hags y bebés y monogamia y promiscuidad y familias y divorcios y ex novios y amigos y estereotipos y anti-estereotipos y finales felices y todo me resultó muy normal. Era, básicamente, well… life. Todo lo que pasa en la vida, supongo. Todo dentro de un contexto. Todo bien. Ahora podemos ver este tipo de películas todo el tiempo -bueno, quizá no esta en particular, que es un poco D-lister, pero me entienden-. They’re out there. Tipo, hay chibolos viendo «The Kids Are All Right»Movies are here, they’re queer and now we’re kinda used to it.

No siempre fue así. Cuando era más chico y veía esas series «familiares» o comedias adolescentes, los gays no existían. Fácil no tuve la menor conciencia de ello (o sea, yo sí, pero no en la tele) hasta los 14, cuando salió «No Se Lo Digas A Nadie», que además creo que solo la ponían de madrugada en el 4. Espan. Luego, un par de años más tarde, Jack McPhee llevó a ese douchebag Peter-Gallagher-lookalike a la prom en «Dawson’s Creek». Y creo que ese mismo año se estrenó «Young Americans», donde un Ian Somerhalder súper chibolo interpretaba a un chico sexualmente confundido por su amigo Jake, que en realidad era Jackeline, una chica que se hacía pasar por chico para ir a una mejor escuela o algo así. BOO, btw! Siempre odié que al final fuera straight, pero kudos por agarrarse a Jake en el baño pensando que era hombre. Anyway, el punto es que, de pronto, empezábamos a ver más de esto. Había, hasta cierto punto, teen gay role models, donde antes no los había: prime time tv.

Es una mierda, sobre todo en este país temeroso de dios, crecer siendo gay. Creo que tú y yo lo sabemos bien. Y de alguna manera ver estas cosas en la tele, así como personajes públicos que lo dicen abiertamente y les chupa un huevo, nos ayudan a darnos cuenta que there’s more to being gay que la peluquera que se araña en un talk show con otro travesti (con el respeto que las peluqueras y travestis se merecen). Puedes ser tú mismo, no tienes que calzar en el estereotipo. O puedes calzar exactamente en el estereotipo y aún así tener tu propio estilo. No sé. En mi opinión ayuda, te da valor. De hecho creo que esta mayor aceptación del mainstream media ha hecho que las nuevas generaciones salgan del clóset a los 10 años porque vieron a Kurt chapar con Blaine y les parece lo más natural del mundo. No vivieron el oscurantismo que generaciones pasadas (y la mía en menor medida) atravesaron. Ya ni siquiera se les ocurre que, not so long ago, éramos invisibles. Qué suerte la suya, ¿no?

Por eso entiendo cuando hay gente mayor o de mi generación que sufre para salir del clóset. Lo entiendo, I swear, I feel for you. Pero la verdad, ya estamos 2013 and there’s nowhere left to go but out, bitch. Lo que no entiendo, jamás entenderé y me molesta sobremanera es la gente que miente sobre su orientación sexual. Hay omisión y flat-out lying. Cuando eres el introvertido que se ríe incómodo si le preguntan por qué no tiene novia y sufre en silencio y no sabe qué hacer y cambia el tema y es «reservado» y bla, bla, bla, puedo entenderlo. You’re processing. Quieres salir, pero te cagas de miedo and you don’t know how. Ok, puedo respetarlo. Pero ser un tipo que se la pasa hablando en voz alta (o poniéndolo en redes sociales, which is kind of the same) sobre sus miles de juergas, sus «wow, estoy tan ebrio», sus «qué rica esa flaquita» y similares, tratando de convencer al mundo entero de su heterosexualidad, entonces no lo entiendo y tampoco lo respeto porque, mi amor, eres un imbécil.

Este tipo de actitudes me resultan intolerables. ¿Sabes por qué? Porque yo también en algún momento estuve en el clóset y también me cagaba de miedo, pero salí. Tuve tanto que perder como cualquiera, sin embargo, al final me di cuenta de que no tenía sentido ser algo que no soy y dije «bueno, a la mierda». Primero se lo dije a una amiga, luego a otro y a otra hasta que, de pronto, I was out. Luego a mi mamá, cuando la internaron para operarla, y me puse a llorar de pena porque no me salían las palabras y ella me dijo, literalmente, «¿por qué lloras? Yo ya sé lo que me quieres decir. Una madre siempre sabe» y me sonrió y that was it. El punto es que yo también pasé por el trauma y decidí ser yo mismo, por más que estuviera scared shitless. Jamás traté activamente de convencer a nadie de lo contrario, simplemente me callé la boca for the longest time. Cuando era más chibolo traté de tener novias, pero por mí, para «probar», no para probarle nada a nadie. Ver a alguien de mi edad que aún hace o dice estas cojudeces me hace hervir la sangre. Porque sus acciones me están diciendo que, para ellos, ser gay está mal. Está tan mal que no podrían serlo ni en un millón de años. Aunque tengan decenas de amigos gay y griten «gay is ok!» a todo pulmón, desde su supuesta posición heterosexual, realmente están demostrando que, para ellos, gay is not ok. Me jode. Terriblemente. Se cagan en todas las huevadas por las que uno tiene que pasar by coming out and being out, que no es nada fácil. Esa cobardía disfrazada de bravura me juzga y me ofende, a un nivel personal.

Yo creo en el derecho de cada uno de tomarse su tiempo, que cada quien tiene sus propias velocidades y etcétera, etcétera, etcétera; pero si todos tus amigos ya piensan que eres gay y te aceptan tal cual eres,  no entiendo qué haces aún colgado de la percha. ¿Tu familia no lo va a aceptar? That’s harsh and I’m truly sorry, but fuck them, you’re better off. Para eso tienes amigos que te quieren y quieren verte feliz. Los amigos, por último, son la familia que uno elige, así que al menos tienes eso. Y si estás realmente decidido a quedarte en el clóset, bueno, asúmelo. No quieras tener beneficios adicionales, ‘cause you can’t have your cake and eat it too. No vayas por ahí emborrachándote y aprovechándote de tus amigos gay ebrios, chapándotelos dizque de broma a lo «uy, uy, mira cómo chapamos, qué avezado soy». Gurl, that only applies to actual girls! Eso no te hace open mind ni liberal ni absolutamente nada, cariño. Te hace un poco una cabra frustrada y eso, in this day and age, is no good. Espero que no creas que estoy siendo mala onda, porque realmente deseo que encuentres el camino y seas feliz. Pero en esta película «Gayby» que te mencionaba había una escena de tough love que resultó súper bien, así que la estoy implementando. So, don’t be a drag, just be a queen, ok? Bitches gotta stick together.

xx,

Alguien que quiere que seas más tú mismo.

 

PS: ¿Ves lo que me haces hacer? Citar a Lady fuckin’ Gaga. That shit ain’t right. Voy a terminar esto con un gif de Godney for good measure que grafica lo que espero que hagas pronto.

One day this could be you (I mean, not really, but you know).

Tengo que hablar de Smurfney, obvio.

Ladies and Gentlemen, we interrupt our regular posting of Malas Traducciones, to bring you a special bulletin from the intercontinental radio news. Our very own Pop Princess, now Queen of Pop, has a special announcement she would like to make:




Perdón, pero, ¿podemos tomarnos unos minutos de nuestras agitadas vidas para comentar el gran acontecimiento de esta semana? Obviamente estoy hablando del estreno del nuevo video de la mismísima Godney Jean Holy Spear-it, titulado Ooh La La. The one and only Britney, escoltada por los frutos benditos de su vientre, Sean Preston y Jayden James, llega a nosotros vía papá pitufo y debo decir que concuerdo con Otrodaniel cuando dice que es lo peor/lo mejor que he visto. Let’s review.

Claramente este video fue concebido para venderle el soundtrack a los niños, de la misma forma que la película fue concebida para venderles merchandising. I mean, let’s face it, ¿era realmente necesario que hubiera «Los Pitufos 2»? Anyway, cabras all around the world rejoice porque de no ser por esta codiciosa secuela, tendríamos que esperar hasta final de año para escuchar una nueva canción de Britney (y aún más para un nuevo disco). Si bien no es un feet-stomping club banger, el último Matadero demostró que súper se deja bailar y ya era hora de que dejemos de lado Scream and Shout del irrelevante Will.i.am (que obviamente solo toleramos por el retorno de BritBrit y su épico acento inglés, #alleyesonOZ).

Nuestra Señora del Pop arranca esta extraña fantasía de 4+ minutos en un cine y, de pronto, con la expresión facial más increíble en la historia de la imagen, la pobre mujer es zappeada hacia un colorido mundo que le llega al talón. Much like the world she currently lives in, tbh. Los hijos, que están un poco de relleno, ríen y se regodean sabiendo que, además de heredar la Tierra, heredarán la villa pitufo que, claramente, ya aceptó a Britney como su nuevo dios. Tipo, todos son enanos azules and She’s looking gigantic and sharp in a cherry-colored dress con zapatitos de animal print. You do the math.

El resto del video transcurre entre escenas de la película y tomas de Godney doing Godney things, como por ejemplo, verse hermosa y en forma; mover los brazos enérgicamente, mas no las piernas; ligeros hair flips y vueltitas á la Slave 4U, que contienen más poder del que dejan entrever; hacer expresiones faciales que nos recuerdan su breve rol como Amber Louise, from the great State of Alabama; enviarle mensajes velados a Katy Perry (que, para quienes no lo saben, da voz a pitufina) que dicen «te tengo en la palma de mi mano, hasbeen«; poner las caras más dulces y maternales del mundo al mismo tiempo que se sienta en la cara de un pitufo (porque nadie en el partenón del pop sabe explotar la dicotomía de la virgen y la puta mejor que the legendary Miss Britney Spears, sépanlo) y cualquier otra cosa que los seres superiores gustan hacer.

Finalmente sucede lo que todos esperaríamos que suceda: los pitufos hacen una coreografía alentados por #lamismísima, que se sienta dulcemente detrás de ellos haciéndoles gestos de aliento/indicaciones claras sacadas de su exitoso catálogo: «Gimme more, smurfs! Gimme more!«. Pero quizá lo más bonito de todo es verla tomar la mano de sus hijos. Me mató. Recordemos que la pobre mujer estuvo en el HOYO más profundo, donde solo Lady Gaga y otros bichos del inframundo deberían morar, cuando ellos eran más pequeños. Esa imagen fue sencillamente lo mejor del video.

Y sí, evidentemente, no soy ciego a lo ridículo del video, pero lo considero un spin-off de su videografía. No es 100% Britney, es algo fabricado para Los Pitufos 2 y salió súper tierno, no me jodan. Es una de esas cosas que son tan malas que son buenas y debo señalar que lo UBER MEJOR (slash lo peor) de todo es, indiscutiblemente y como ya dije, esto.

#kthxbai

Versión 3.0 [almost]

Estas semanas me he visto inusualmente expuesto a chibolos de todo tipo y calibre. Desde adolescentes de 14 años que viven con la cara enterrada en el celular hasta oh-so-dramatic 25-year-olds que no quieren cumplir 26, pasando por silly 20-year-olds que no saben nada de la vida y endlessly entertaining 24-year-olds. ¿Por qué es algo inusitado, si paro con gente menor que yo una buena porción del tiempo? Porque casi nunca reparo en ello (conchudamente me siento su contemporáneo). Sin embargo, en estas semanas, todo ha parecido girar en torno al bendito número. ¿Mi número, you ask? Pues… lo cierto es que voy a cumplir 29 en dos meses, una semana y un día. Escúchenme, veintinueve. VEINTE Y NUEVE. No me siento así en lo absoluto. Tan… adulto. Para nada. PARA NA-DA. Me siento tan chibolo como siempre. Sigo percibiéndome tan inmaduro, tan despreocupado, tan improvisado y tan not-in-control of my emotions as I’ve ever been. Ahora, nunca he tenido 29, así que no sé cómo se siente. Quizá precisamente esa es la forma en que un 29-year-old se debe sentir, pero nos han vendido otro cuento.

Debo admitir que, a veces, sí me siento «grande», pero se me pasa rápido. Usualmente pasa cuando estoy en la chamba, donde no puedo ser exageradamente inmaduro, despreocupado, improvisado o out of control. Por ejemplo, me pasa cuando tengo una reunión como la que tuve hoy, donde tengo que revisar el trabajo de mi equipo y darles direcciones y pedir cambios y corregir y explicar por qué es lo correcto y demás. En esos momentos me siento automática y particularmente más adulto. Me escucho hablar a mí mismo y me sorprende terriblemente la seguridad con la que digo las cosas y la certeza que siento. Tipo, wtf, ¡sé de lo que estoy hablando! (contra todo pronóstico). ¿En qué momento aprendí a hacer estas huevadas?, I wonder. Cuando me pesco en estos momentos me digo a mí mismo «¿quién era esa? ¿era yo?«, como Lulú De Cartón, jaja. Pero es como un sueño. Apenas sabes que estás en él, se te escapa inevitablemente. Vuelvo a ser no-adulto apenas cruzo la puerta. O al menos a sentirme así.

¿Qué carajo implica ser adulto, entonces? ¿Solo eso, lo de la chamba? Me puse a pensar en eso, sin darle mucha vuelta, como quien huevea, y le encontré un par de cosas más que conforman una idea de madurez que nos ha sido vendida toda la vida y que, creo, está mal enfocada. O, para no ser judgmental, que cuando menos no puede aplicarse del todo a mí. Un factor biológico que no lo es tanto. Mejor dicho, una construcción cultural basada en un hecho natural. I’m rambling, but bear with me, I may be onto something.

¿Han escuchado eso de que las mujeres maduran más rápido que los hombres? Es una verdad absoluta hoy en día, se da por sentado. Olvidemos eso y preguntémonos en base a qué criterios podría juzgarse que una mujer es más madura que un hombre a cierta edad. Seguramente empezó como algo anatómico, obvio. Tipo, la chibola, full hormonas, ya está lista para salir en bola antes de que su contemporáneo del sexo opuesto produzca esperma. Pero, so what? Eso no significa nada. La carga cultural terminó de perfilar esa noción y no sé cómo me siento al respecto. Me parece que, culturalmente, la madurez se determina por cuán cómodo está uno con la idea de reproducirse, de settle down. Si es así, es medio injusto. La chibola está programada para casarse desde la cuna y a los doce años ya está pensando en que quiero enamorarme y qué lindos son los chicos y mi vestido será corte princesa y mis hijos se llamarán Naru y Franu y vamos a vivir en La Molina y voy a llevar a mis nietos a Disney. Meanwhile, el chibolo solo quiere jugar Play. En mi caso, no me afana el Play, pero igual quiero seguir jugando, en general. ¿Por qué eso me haría inmaduro para mi edad? Además, mi madurez no puede medirse por mi disposición a casarme y formar una familia, ¡porque para empezar, la ley no me deja!

De cierta forma, me desarrollé pensando que eso no se daría para mí, que sería chévere pero no era seguro, y me convencí de que tampoco era taaaaan importante. No sé. A eso sumémosle esta pésima costumbre peruana de ir de la casa paterna a la casa de la familia propia sin pasar por un estado intermedio de independencia, de juventud. Cuando dejé la casa de mis papás ya era un anciano comparado con el promedio de edades de otros países, donde gente diez años menor que yo se va a «vivir sola», así sea a un dorm. Tipo, qué pena mi tema que teniendo 27 nunca hubiera hecho nada por mí mismo. Mis papás y mi empleada se encargaban de TODO. Esas son las cosas que te forman, otherwise, you’d be this (frase con la que me MEGA identifico, btw!). De hecho tengo la impresión de ya haber hablado de esto (oh, yes, I did!).

Entonces, no sé, conforme pasan los años me siento más y más raro al respecto, como desconectado de mi cuerpo, como que crezco por partes. Mi profesionalismo está en sus late 20’s; pero mi sentido del humor recién saca DNI; mi autoestima tiene 16; mi sex drive, 15 y mis rodillas, 75 (los dos últimos puntos no están relacionados, I swear). Sé que tengo X años y sé que me comporto con frecuencia como alguien de X años; pero cuando me voy a dormir, cuando me levanto, cuando me río, cuando juergueo, cuando hablo huevadas con mis amigos, no me siento de X años. Tampoco me siento un adolescente. Me siento a la mitad. Me siento ageless. ¿Entonces qué carajo soy? ¿Qué es un 29-year-old? Pensé que si empezaba a ponerlo por escrito lo descubriría… guess not! Sorry por arrastrarlos hasta acá y dejarlos sin conclusión alguna, pero pueden contarme ustedes qué sienten y vamos sacando ideas, jaja.

Algo que sí les puedo asegurar es que cuando me despierto, cada vez con más frecuencia, me miro la frente y siento esto:

One day goodbye will be farewell :c

«CDs and T-shirts, promos and God knows… you know I couldn’t last.
Someone, please take me home.» – Morrissey.







Ayer, mientras esperábamos que Julieta Venegas salga al escenario para dar un increíble concierto, le contaba a Dani que había ido con una amiga a buscar a Morrissey y pretendíamos hacerlo nuevamente el domingo, o sea, hoy. Daniel me dijo con cariñoso sarcasmo que fuera al cine. Such shade. La verdad, para mí no tiene nada de excepcional ir a buscar a alguien que quiero ver. I’ve done it before. Creo que todos lo saben. Pero en esta ocasión, tengo mis razones.

Si bien estoy relajado con el tema porque ya lo conocí el año pasado y colgué la foto de cuando me autografió el Greatest Hits como la más pesada, esta vez quiero verlo solo por verlo. No quiero pedirle nada (aunque si puedo actualizar mi foto no me negaré). Solo quiero despedirme porque tengo el oscuro presentimiento de que nunca más lo volveré a ver. Honestamente se me hace demasiado sospechoso que alguien que hace no mucho canceló decenas de fechas en Estados Unidos por terribles problemas de salud regrese a Perú después de solo quince meses de haber tocado aquí para ofrecer no uno, ni dos, sino aparentemente tres conciertos (aunque Conciertos Perú ya haya borrado la nota). Igual, así sean dos, ya es bastante.

Morrissey no es ajeno al drama. De hecho, pocas personas han ordeñado la miseria con tanta belleza, éxito y de manera tan histriónica como este hombre encantador, así que cabe la posibilidad de que cuando le dice a Somos (y a cuanto periodista le pregunta) que posiblemente se esté muriendo, sea solo the boy -with the thorn in his side- who cried wolf. Pero también es cierto que tiene 54 años y, en los últimos cuatro, ha colapsado en el escenario por lo menos una vez; ha sufrido cuatrocientos achaques juntos y ha tenido que cancelar la porción norteamericana de su gira, pese a haber dicho que -sea como sea- iba a cumplir con tal compromiso (en la nota más hermosa que un artista pueda haberle escrito a sus fans, btw). And yet here he is, and has been for over a week! En un país donde solo ha tocado una vez y cuyo show no fue sold out – que yo sepa.

Ahora, si alguno de ustedes estuvo en el concierto de marzo del año pasado, recordará que el rugido de la audiencia le volaba los tímpanos a cualquiera. Morrissey, one song into the show, se rió y nos dijo «let me sing, let ME sing!«. Evidentemente nadie le hizo caso y todos cantamos todo. Todo. Al menos en mi zona. El público estaba vivo, como pocas veces en Lima. Moz se fue feliz. Le pasa lo mismo con Chile, motivo por el cual les ha regalado siete fechas, una de ellas gratuita. Mi teoría es que Sudamérica, por alguna razón, vive atascada en los ochenta in more ways than one. ¿Y quién era un dios en los ochenta? This charming guy. Si estuvieran manteniendo a la Muerte a raya con poco éxito, ¿no querrían volver a un lugar donde fueron felices y venerados? Me queda claro que Moz está dispuesto a morir en el escenario, lo ha dicho, y creo que este bien podría ser el One day goodbye will be farewell tour. ¿Por qué creen que estoy yendo a ambas fechas (e iría a una tercera, si la hubiera)?

Tengo que despedirme de mi amigo. Porque si no lo voy a volver a ver, quiero darle un abrazo y decirle que lo quiero y lo voy a extrañar. Tengo que agradecerle estos años de apoyo incondicional, desconocido por él. Y si, de hecho, se mejora y vuelve a salir de gira y lo veo de nuevo, me alegraré como nadie. Moz ya no tiene intenciones de grabar nueva música, solo de hacer giras, así que no me llegarán cartas nuevas. Solo me queda esperar que esas giras no se acaben pronto, para tener noticias de él. Hoy no tuve suerte y no sé si pueda verlo después. Espero que sí. Espero además que se quede un rato más in this unhappy planet, with all the carnivores and the destructors of it. Por Godney que es así. Sino, qué remedio. Deprimido, compraré mi Ouija y esperaré que deletree S T E V E N, porque no estoy listo para perder su amistad. Más le vale que venga a jalarme las patas and kick the shit out of my board.
So, Ouija Board, would you work for me?

 


Update: As foretold by this blog, Morrissey -cuyo nombre, según él mismo, es «sinónimo de cancelación en muchos diccionarios»- postergó toda la gira latinoamericana por «una intoxicación sufrida en Lima». Evidentemente mis sentimientos al respecto son de preocupación, porque no creo en las respuestas oficiales, y en consecuencia, de empinchamiento porque mi querido amigo decidió decirle al mundo que mi ciudad es la culpable de la cancelación del tour (un tour que los médicos le dijeron que no emprenda y del que muchos -incluído él- sospechábamos que no saldría bien parado). Esta nota se vuelve terriblemente hermosa. Así como sus declaraciones de querer morir sobre un escenario. Le agradezco que haya llegado hasta acá y espero que se recupere y el tour se recomponga, but I can’t help but feel like a This Is It ticket-holder.

Tomorrow, will it really come?

A rant

Yo no creo en los arrepentimientos, sépanlo desde ya. Todo lo que he hecho, para bien o para mal, me han traído al punto en el que estoy y no hay nada que lamente. Mi vida resultó bastante mejor de lo pronosticado. Sí, obvio, he dicho y hecho sendas cojudeces en mi juventud, ¿pero y? Haven’t you? Son cosas que pasan y, sí, a veces recuerdo algunas y me tapo la cara avergonzadísimo diciendo «¡en qué mierda estaba pensando!», pero ya, ya está. Nadie se ha muerto por eso. No me arrepiento de las decisiones que he tomado o las opiniones que he dado (incluso si hoy las he cambiado/madurado). Tampoco lamento las veces que me he peleado, he sido irresponsable, ingenuo o hijo de puta. Podría decir que lamento haber lastimado gente, sí, pero en el fondo… meh. Tampoco es como que lo hice a propósito. Si lo hice fue por ignorante, por chibolo o por huevón. Neither of which I am today. Además, ay, la vida es dura, grow a pair. A mí también me ha caído durísimo en algún momento y sigo vivo. Con suerte todos hemos madurado y aprendido a perdonar y ser perdonados, ¿no? Look at these hot bitches, they did alright.

Dicho esto, hay dos cosas que me generan similar escozor al que el arrepentimiento despierta en la mayoría de personas. Uno, quedar como un idiota. Dos, que me decepcionen. Cuando ambas se combinan, mi incomodidad existencial alcanza magnitudes telúricas. En este momento, me siento así. Intranquilo, molesto y exhausto. No tiene sentido entrar en detalles, este no es el lugar. Pero necesito expresar mi malestar, así que lo haré con toda la vaguedad del caso, to protect the innocent and the not-quite-so. Esto probablemente sea otro rant of hot-headed opinions, de los que muchos me advertirían no tener, pero, como ya dije, I don’t do regrets. Todos podemos aprender una lección de madurez y humildad, aunque sea dura o de la persona menos madura y/o humilde (a.k.a, me).

Cuando algo, a todas luces, no anda bien, promoverlo es tan difícil como inútil. Además, uno queda como el más ingenuo del mundo, por no decir como un pelotudo que sigue tomando el kool-aid against all evidence. Hay un momento en el que, si la situación no mejora, «mantenerse positivo» es hacerse el huevón (o peor, serlo). Me siento peligrosamente cerca de esa línea.  No me gusta. No lo acepto. Rechazo los chivos expiatorios, foul play and petty shit. Démonos una buena y larga mirada a nosotros mismos antes de apuntar el faro de Miraflores sobre las «deficiencias» de alguien más. Asumamos errores y responsabilidades, todos, en lugar de señalar a uno. ‘Cause nobody puts Baby in a corner. I won’t stand for it. Las cosas no están perdidas, pero si seguimos en este plan, bien podrían estarlo.

A small thing can make a big impact. ¿Por qué no empezar por lo primero, lo más básico, lo que «el mundo» da por sentado pero nosotros sabemos que no es así? Stop acting big and start being big, con todo lo que conlleva. No quiero vivir en la casa modelo de los Bluth, no quiero que en cualquier momento se nos caiga el cartón. No sé. Ya no sé cómo hilar mi desencanto con todo el asunto. Las actitudes que he visto me han decepcionado, it all just keeps piling on. Se me muere el amor. Por negligencia, además, which makes it so much worse. Todavía hay cosas que se pueden hacer, pero parece que no queda quién las haga. Esto es todo lo que veo ahorita… and I’m truly disappointed. Truly, truly, truly, oh…