Hola, soy Luis y soy adicto a Netflix. O sea, aún estoy en la prodigiosa etapa de la adicción en la que me entrego sin reparos al hedonismo sin que me arruine la vida, but it’s an addiction nonetheless. El día llegará en que deje de ser funcional, de ir a trabajar, de salir a la calle, porque preferiré quedarme viendo Netflix. Sencillamente, lo sé. No en vano el término binge-watching se popularizó con la proliferación de estos servicios de televisión en streaming. Así es como en el poco tiempo libre que tengo, me he dedicado a ver series y películas. Particularmente, y me sorprende ligeramente dada la oferta, series y películas que ya vi.
Si me siguen en Twitter sabrán que recientemente maratoneé las siete temporadas de Buffy The Vampire Slayer todos los días sin parar. Sin falta, cada hora de almuerzo, veía por lo menos un capítulo mientras cocinaba, me servía y almorzaba. Cuando terminé de ver Buffy, me sentí perdido, confundido. ¿Ahora con quién almuerzo? Intenté con Family Guy pero los Griffin no son gente con la que quiera comer. ¿Qué hacer? ¿Empezar con la primera temporada de American Horror Story? ¿o House of Cards, de la que todo el mundo me habla? No lo sabía, neither felt right. Entonces, los vi. Mis viejos amigos. «Recently Added»: Skins.
Las series 1 y 2 (de UK, obviamente) serán por siempre las mejores para mí. Tan solo amo a todos los personajes. Nunca vi la 3 o la 4, pese a que estoy de acuerdo con la mayoría en que Effy es el mejor personaje de todos. No obstante, aunque Effy sea la mejor, mi favorita será por siempre y para siempre la fantástica Cassie Ainsworth. Cuando me enteré que regresaría para el series finale, Skins 7, enloquecí. Sin embargo, cuando salió Skins Pure, no la vi. Necesitaba revisar, repasar y revivir la historia original antes de llegar al gran final. Ese meta me hizo devorar Skins 1 y 2 en cuestión de días y la única conclusión posible es… Cassie is and always will be my absolute kindred spirit and here’s why.
Right off the bat, tenemos algo importante/horrible en común.
De hecho, Cassie hacía cosas que yo hacía. Como por ejemplo:
Y estoy seguro que mucha otra gente también ha hecho esto alguna vez, pero su concentración al hacerlo me hablaba directamente. Yo SÉ por qué lo hacía y en qué pensaba. No es tan infantil como parece.
Cassie era la outsider evidente, siempre en su propia cabeza… which was decidedly a strange and goofy place.
Pero también un lugar de reflexiones tan interesantes como inesperadas.
Seriously, bitch was deep like the cool blue ocean!
Y así de inestable.
Homegirl just went up…
… and down…
… and up…
… and down again.
Y, como yo, no tenía ni perra idea de por qué la vida era así.
Pero sabemos que probablemente aún estamos cuerdos porque…
Deep down, we’re really just extremely sensitive… to everything and everyone.
Hopeless romantics, even…
Ill-fated romantics, actually…
Whenever things seem to be going right, something’s always lurking in the shadows, isn’t it?
Oh, the mistakes we’ve made in stranger’s places…
Only to forget.
(I’ve actually said these words recently. Ugh, ¡mátenme!).
Pero, hey, estamos decididos a mantenernos optimistas. Cueste lo que cueste.
Nos alejamos de lo que nos hace daño.
Porque la vida no nos va a ganar. That bitch!
We demand answers! ¡Exigimos satisfacción!
We will put our game face on if necessary to hit Life with all we got.
We shall take no criticism.
And we will READ a bitch!
‘Cause we might be freaky but we’re still in charge.
Look at her, taking her sunglasses off like a mothereffin’ icon.
Ay, Cass…te quiero. Let’s start some shit!
Let’s show people how we roll!
(Shots? I’LL SHOW YOU SHOTS).
¡Hagamos la piedris en Holy Pop!
Let’s dance our trouble away!
Porque si todo lo que sube tiene que bajar, it can work the other way around.
So bounce, bitch. Bounce.