Something somewhere [part 2]

Bueno, aquí estoy, aún en Madrid. Sentado en el tren, regresando al depa de mi mejor amiga quien, sin duda, se sorprenderá de verme. «Guess whose plane never left the ground«, diré y seguramente luego reiremos sobre mis verdaderos y sobrenaturales poderes de joven bruja. Did I accidentally call the corners on my flight? I must have! Deseé tanto una noche más que la tuve. Debí ser más específico. ¡Quería una noche de juerga, Manón! Not a hostage situation at Barajas.

No se pierdan en este largo y turbulento recuento, ¿ok? Here we go. Un abordaje, una partida hacia la pista, un retorno al terminal, una revisión técnica no programada que me alcanzó para ver casi una hora de «Hitchcock» (buenaaaaaaza, qué pena que la cortaron), una evacuación del avión, una hora y cuarto de espera para saber si volaba o no, otra hora para salir del aeropuerto cuando la respuesta fue no y 30 minutos esperando el Renfe después, here I am, still in Madrid.

Seis horas, amigos. Son las 5:58 de la mañana y estoy varado en España. LAN, el espanto de volar, dispuso buses para llevarnos a un hotel cerca al aeropuerto llamado Auditorium o algo así (según la aeromoza era cuatro estrellas y muy lindo). Pero los buses iban llegando, con toda la paciencia del mundo, uno por uno para los buenos cientos que éramos y la gente se tiraba encima de cada vehículo cual holocausto caníbal. Finalmente, luego del tercer bus, aún unable to climb on any of them, decidí que el Apocalipsis zombie era demasiado para mí y prefería pasar estas horas robadas al destino desayunando con Johanna. Después de todo, recién al mediodía me van a avisar en qué fucking vuelo voy a volver a Lima y me aseguraron que no sería, de ninguna manera, antes de la una de la tarde. Plenty of time to get back to Barajas.

Mi equipaje, sin embargo, vive un futuro incierto. Todo se quedó en el avión fallado, supuestamente. No sé si aún está aquí, si ya está rumbo a Lima, si volará conmigo, si me esperará allá. Todo lo que tengo es mi maletín, el cual contiene el 60% de mis compras europeas, mi estuche de los lentes de contacto y mi cargador de iPhone. Nada de lo que está aquí conmigo, btw, abriga un pincho. ¡Todo lo abrigador, o sea lo que pesa, lo chequeé con la maleta! Así como los líquidos grandes (a.k.a todas mis cosas de aseo, incluido mi cepillo de dientes). Basically, I’m left to catch pneumonia while unfathomably gross.

Lo que sucederá este día en Madrid, no lo sé. Lo que sucederá en Lima, sí. Mis compañeros me maldecirán por ocho generaciones pasadas y futuras, pues me esperaban para una reunión importante. Me pregunto cómo chucha me compensará LAN por este severo inconveniente laboral. La reunión que me acaban de hacer perder era tan necesaria que yo pretendía llegar jetlaggeado y sin dormir. Calculen. Me compensará cero, asumo. Me agradecerá mi comprensión y se dará media vuelta. That’s fine, LAN. Espérate que tenga acceso a mi Facebook y te voy a DESTRUIR.

Anyway, dentro de todo tuve suerte. Olvidé que mi visa era de una sola entrada e hice todo el trámite para salir del aeropuerto, entiéndase reingresar al país, como todos los demás pasajeros (españoles). Cuando llegué a Aduanas me dijeron «su visa es de una sola entrada» y yo, mátenme. Les dije que esto era una cagada de la aerolínea y que yo no estaba reingresando por mi voluntad. La tipa, que era medio antipática pero buena samaritana a la vez, me dijo «te voy a anular el sello de salida, pero como favor. La próxima vez saca una visa con dos entradas para que esto no te pase». Yo la miré a lo you gotta be fuckin’ kidding me. So, anyway, ya estoy en casa de Johanna, que me mira esperando que le cuente so… keep wishing and watch out for those weirdos. Con suerte, I’ll be coming home one day.


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