Task: You get to be any singer you choose
and sing one song in a live concert.
Esta mañana desperté a las 9 y pico, sorprendido de haber dormido tan poco y sentirme tan lúcido. «Quizá pueda ir al gimnasio ahora. O comprar pan y papel higiénico antes de irme de brunch«, pensé. Puse un poco de música, me preparé el desayuno, jugué un poco de Spider-man Unlimited en la tablet (quedaban nueve horas de reto y no estaba ni remotamente cerca de los 3,500 combos) y me revolqué perezosamente en mi cama hasta quedarme dormido otra vez. No habría gimnasio, compras o brunch para mí este domingo. Cuando desperté por segunda vez ya era más de la una. «Si voy al gimnasio ahora, en este preciso instante, podría hacerla. Hoy cierra a las… ¿tres, cuatro?», me dije, como siempre me digo cuando quiero animarme a hacer ejercicio. No lo logré. Me sentía mareado y cansado. Suele suceder cuando duermo demasiado. Así como el dinero trae más dinero, el sueño trae más sueño. Si duermes demasiado, ya nada es suficiente. Volví a cerrar los ojos y no me levantaría hasta la tres de la tarde. Lo primero que pensé es que ya era muy tarde para el gym.
Abrí mi tablet, me deslicé entre playlists y seleccioné «Night time Placebo«, una lista de canciones lentas y deprimentes de mi grupo británico favorito después de The Smiths. Lo llamé así porque, duh, lo escucho de noche. Conciliar el sueño es una de las cosas que me resultan más difíciles, creo que lo saben, y después de algunas horas (plural) de rodar por mi colchón, it can get a little boring and a lot frustrating. En ese momento, pongo música – bajito para no despertar a mis roommates -, y espero que la modorra me lleve. ¿Por qué pongo las tristes? It’s not that I wanna cry myself to sleep, simplemente son las menos estridentes de su catálogo. No puedo arriesgarme a poner sus discos en shuffle y que Nancy boy o The bitter end espanten el sueño que tanto esfuerzo me cuesta conseguir.
Siendo poco más de las tres de la tarde, esta vez no necesitaba que Placebo me susurre. Sencillamente me provocó escuchar Bosco. Tenía la melodía en la cabeza and it kinda went from there. «Dónde estaría sin Brian Molko el día de hoy (heart emoji)», tuiteé. Es verdad. Sin pensarlo demasiado, y hasta cierto punto sin darme cuenta, he caminado en paralelo a la evolución del señor Molko durante buena parte de mi vida. Él varios pasos delante mío, claro. Mientras veía fotos y gifs de Placebo en Tumblr, pensé en la primera vez que vi el video de Pure Morning en MTV. Entonces un adolescente en los primeros años de secundaria, aún luchaba por entenderme y aceptarme a mí mismo. Ver a este ser andrógino contemplando saltar de un edificio al ritmo de la música más oscura que había escuchado («days don’t end, skin’s crawling…«), me resultó tan seductor como aterrador. Placebo sacudió mi closet con actitud contestataria y provocativa. Recuerdo que un chico del colegio, a quien le gustaba la banda «a pesar de que es un cabrazo», me preguntó si me gustaba la canción y yo respondí «no me gusta Placebo». I was lying, la verdad era que solo había visto el video de Pure Morning algunas veces y nunca completo. No era que no me gustaran, era que no quería darles la oportunidad de que me gusten.
Pasaron bastantes años antes de que realmente me rindiera ante Placebo. Cinco, de hecho. Recuerdo haber visto algunos videos durante esos años y, pese a que me impresionaron, seguí tratando de mantener mi distancia. Taste in Men, por ejemplo, donde Molko se gilea a una huevona y luego a un huevón, gave my senior-year-of-high-school self ALL the life. Para ese entonces ya la tenía clarísima… and the little thrill provided by Molko’s performance me lo confirmó. Cuando Sleeping with ghosts salió a la venta en 2003, yo ya estaba en la universidad and very much out. Not only was I out, I was PISSED. Todo acerca de ser gay me llegaba al pincho. My on and off relationship con un imbécil que me negaba, la homofobia estúpida de mi ciudad, la falta de lugares donde sentirse libre, el miedo que me daban otros gays más experimentados. Needless to say, le di la bienvenida a toda la discografía de la banda con los brazos abiertos. Me volví Brian Molko circa 1996 e hice de Nancy boy mi himno. Solo quería joder al establishment de mierda y ser lo más cabro que pudiera ser (¡oh, la rebeldía de la juventud!). Creo que esos fueron los años que más usé carteras, jajaja. How very…
Durante esos años, Brian Molko fue mi hermano mayor. Él había pasado por todo lo que yo estaba pasando y para cada problema, tenía una canción. No puedo contar las veces que escuché Nancy Boy, Every You Every Me o Taste in Men para no sentirme débil, para endurecer mi pellejo, para hacer hervir mi sangre y estar preparado para sacarle la mierda a quien me dijera algo. Tampoco sé cuántas noches pasé tirado en el suelo de mi cuarto escuchando My sweet prince o Centrefolds, repasando todo lo malo que había sucedido con este chico… and yet absolutamente validado y fortalecido por la canción. Tampoco puedo describir las cosquillas que sentí cuando escuché a Brian decir en una entrevista (sobre la era Black Market Music) que había tenido desórdenes alimenticios, los cuales estaban inadvertidamente documentados en el video de Taste in Men. Saber que él también pasó por eso me hizo sentir menos agobiado al respecto. De hecho, desde ese momento no he sentido el más mínimo rubor al tocar el tema (and now I won’t shut up about it).
La primera vez que viajé fuera de Perú por un concierto fue para verlos a ellos. Era la gira del Meds, en 2007. Pese a casi morir aplastado por chilenos energúmenos, fue tan fuckin’ increíble que hasta la fecha los he visto al menos una vez en cada gira (dos en la última). Pero ahora cantamos otra nota. Como todo el mundo crece, Brian también creció. Pasó de ser alguien que célebremente describía sus giras como un «trail of blood and spunk» a ser alguien que abre el concierto diciendo «tonight we come in peace«. Con los años, yo también empecé a ubicarme por aquí. Being so angry for so long was exhausting and I was over it. Ya no tenía ganas de pelearme con todo el mundo, no tenía sentido. Ahora quiero vivir tranquilo. More than anything, quiero que todo esto deje de ser un issue y que cada quien pueda seguir su camino sin joderse estúpidamente. Así que ahora me verán en marchas pacíficas por la unión civil en vez de levantándole el dedo medio a todos los que me miran mal in hopes of a fight, jaja.
So if I could be any singer for a day, I’d choose Brian por dos razones: a) me gusta saber que venimos del mismo sitio, de la misma rabia, y que hemos podido salir del hoyo; b) me encantaría pensar que me dirijo al mismo lugar donde él está hoy. I’m not quite there yet, but I’d love to. Me gustaría poder pararme frente a miles de personas y decirles que solo hay una cosa por la que vale la pena gritar muy, muy fuerte and mean it. «A love that is so proud it never has to question why or how».