Te lo he dicho antes, quizá me oíste.
No sé si me escuchaste, quizá me interrumpiste.
Difícilmente me cortaste, no eres grosero, pero interrumpiste la escucha dentro de ti para concentrarte en tu respuesta.
Tiendes a construir tu argumento contrario en la segunda mitad de cualquier oración.
¡Y con lo que me cuesta terminar una oración! Tiempo tienes.
Pero quizá deberías escucharme con más atención.
Tu mente corre siempre, lo sé.
Quieres llegar rápido a tu punto. No para ganar, creo, sino para hacerte entender.
Porque quieres que te entiendan.
Es una de las cosas que tenemos en común ⎯ un anhelo muy humano, además.
Pero no hay prisa. No te tienes que disparar, no es una competencia.
Date unos segundos más para recibir, para procesar, te prometo que no te los voy a robar.
Porque yo también quiero que me entiendas.
Te lo he dicho antes, quizá me oíste.
Te lo diré de nuevo, por si acaso:
hiciste mi vida mejor.
Te lo repito para que no quepa duda:
mi vida es mejor porque entraste en ella.
Sé que eres de ejemplos concretos, te doy algunos.
Mis relaciones familiares nunca fueron mejores que cuando estuvimos juntos.
Reparaste con una sola mano lo que yo no pude por décadas. Lo sé porque, ahora que no estás, me cuesta mantener lo que lograste.
Nunca me dejaste mentirme a mí mismo. Me diste merecidas amonestaciones, casi siempre sin juzgar. Lo sé porque, ahora que no estás, la voz de mi consciencia es menos dura cuando repite cosas que tú me dijiste.
Me demostraste que, en mi juventud, viví con la ansiedad de perder, preocupado por una amenaza externa, cuando la felicidad está, sencillamente, en confiar. En creer, de verdad, en alguien más.
Lo sé porque es una lección de vida adulta que tú aún estás aprendiendo ⎯ y está bien.
Lo pongo por escrito para que lo leas cuando quieras y jamás lo olvides.
Me diste mucho porque tienes mucho que dar.
El amor crea. Construye un espacio donde antes no existía nada y una vez establecido, es inamovible.
Eso que fuimos ocupa ahora un lugar indestructible en el universo.
Yo me llevo un poco, llévate tú otro poco.
Transfórmalo en algo que te haga bien.
Quizá no estoy a tu lado, pero estoy de tu lado.
Te lo he dicho antes, quizá me oíste.
No desconfíes de tu propio corazón.
Es grande, es generoso, es más fuerte que ninguno y, si pocas personas te lo demostraron antes que yo, espero que después de mí sepas a ciencia cierta su valor.
Cuídalo, porque lo merece.
Cuídate, porque me conoces. Sabes que me preocupo.
Me pediste que te lo diga menos, así que no lo haré.
But I do.
