Joy

«I think of dying all the time, but I’ve got joy to take my side».
Joy – Ellie Goulding

 

 

Desde que tengo uso de razón he sido muy consciente de mi propia muerte. No la he buscado y muy pocas veces la he deseado, pero siempre he sabido que está ahí, caminando a mi lado, esperando que me descuide para llevarme al otro lado. Quizá mi mamá no debió hacerme sentir tan frágil, no lo sé. Creo que yo era el único niño que conocía que llevaba siempre una muda de ropa por si sudaba, «me daba el aire», se desataba mi asma y moría (la cadena de hechos tal cual me fue indicada). Tal hiperconsciencia de mi precario estado de salud hoy me parece innecesaria. Dudo que me haya salvado la vida. Aunque recuerdo algunas madrugadas desesperadas y las carreras al hospital, así que quizá mi asma sí era kind of a big deal y yo sencillamente lo he reprimido u olvidado. No lo sé. Tampoco sé qué tan útil era para mi niñez saber que ya me habían operado del estómago y del corazón antes de los cuatro años. Siempre me hizo sentir extraño. No me preocupaba (porque no lo entendía del todo), pero ya no me sentía infinito. Los niños llevan la fecha de caducidad en la nuca. No tienen como descubrirla a menos que alguien se las diga. Creo que lo mejor de ser niño es precisamente no tener conciencia del tiempo o el peligro, jugar a los superhéroes y creérselo. Me pregunto si habría sido una persona completamente diferente de haber sido (o creído ser) un niño sano.

Igual, ¿cómo podría culpar a mi mamá si se la puse difícil desde el día uno? Para empezar, mi cumpleaños debió haber sido el 4 de setiembre (quienes sepan cuándo es realmente deben estar boquiabiertos ahora). Pero por algún motivo, me rehusaba a nacer. No contento con eso, busqué prevenir cualquier intento de desalojo enrollándome el cordón umbilical alrededor del cuello. So dramatic, right? Según yo, súper profético, hasta que lo googleé y descubrí que la tercera parte de los fetos que vienen al mundo tienen este problema. However, a diferencia de varios de esos mocosos, cuenta la leyenda que mi cordón daba tres vueltas completas y no tenía pinta de querer ceder. So, basically, un parto natural hubiera sido mi marcha al cadalso y hubiese salido performing the Hungarian disappearing actPero mi mamá tenía otros planes para mí, así que después de varias semanas  y con ayuda de la ciencia, me sacó a la fuerza un 19 de setiembre. Casi tres décadas más tarde, mis cirugías y variopintos accidentes han sido superados; mis huesos rotos, enmendados; mis partes falladas, corregidas y mi asma, desterrada. Podríamos decir que soy un adulto casi funcional. Sin embargo, a veces creo que nunca pude sacudirme la soga imaginaria del cuello.

Siempre pensé que tenía que haber alguna razón para salir victorioso ante tanta adversidad. Algo o alguien quería que me quede. Claramente mis papás jugaron un papel importante al no dejarme morir en sendas ocasiones, pero eso no podía ser todo. Tampoco podía ser mi hermana, que una vez me sacó del mar cuando me estaba ahogando (estúpidamente, además, porque no estaba that far in, solo que no me podía levantar). No, tenía que haber algo más. Cuando era un buen niño de colegio religioso pensaba que «Dios debía tener un plan para mí». Ahora que la religión y yo nos hemos separado por diferencias irreconciliables, no me preocupo tanto por planes divinos. Pero sigo pensando que, incluso si estoy acá de pura casualidad, debería hacer algo «más», algo que valga la pena, ¿no? La pregunta es… qué. Claramente, no lo estoy haciendo, sino me sentiría más satisfecho, ¡¿no?! Hoy alguien a quien quiero mucho (y me apena terriblemente que no sepa cuánto) me hablaba sobre un tema que «le apasiona». Yo no siento lo mismo sobre ese tema. Or any other subject for that matter, ¡¿por qué?! Otra vez siento el cordón umbilical enrollado en el cuello y la presión por encontrar una pasión antes de caminar hacia la luz. But being in perpetual ennui is very time consuming! No me deja tiempo para mucho más. ¡¿Entonces, qué hago?!

I. BITCHSLAP. MYSELF. ACROSS. THE FUCKING. FACE.

A veces uno tiene que obligarse a dejarse de huevadas y estar bien en donde está. Es, como, ya basta, cállate and just let go. Quizá soy el peor del universo y no me apasiona nada y solo veo negro, pero tengo que confiar en que algún día encontraré mi «true calling«, if I just chill the fuck out. No quiero ni puedo estar pensando todo el tiempo en lo que vendrá o «debería venir» después. Estar vivo hoy en día it’s a miracle in itself y es suficiente para estar contento. Con todo lo que he hecho, todo lo que he visto, todas las veces que me reí hasta las lágrimas o que grité de felicidad en algún festival, toda la gente que me ha querido y me quiere aún… ¿de qué me preocupo? Ya hice algo, estoy haciendo algo. No sé por qué me enredo pensando en lo que «debería» hacer. I already got joy, aunque a veces lo olvide. El resto se ocupará de sí mismo si tengo un poco de paciencia y dejo de cagarla en el camino.

 

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