A quick thought en los últimos minutos del día internacional contra la homofobia. Hace no mucho tuiteé lo siguiente: «Oigan, tengo algo que decir sobre la santidad del matrimonio, pero creo que un hombre casado puede decirlo mejor». Acompañando ese tweet, una captura de pantalla de Grindr (si no saben qué es, yo no se los voy a decir) donde un fulano me decía que era bi, closet y casado y que quería conversar. Probablemente lo peor que haya escuchado en la vida. No solo por lo que decía sino por el desparpajo con el que lo decía. Evidentemente, lo bloqueé.
Mañana asistiré a la boda de una amiga de la universidad, como he asistido ya a muchas otras (porque cuando se llega a cierta edad, las bodas son los nuevos «quince»). Conozco al novio lo suficiente para saber que mi amiga no sufrirá un percance similar. Pero, ¿saben qué? Tengo ya varias amigas casadas y las apariencias engañan, ¡así que no pondría las manos al fuego por ninguno de sus maridos! En poco más de un mes mi propia hermana se casará y no puedo evitar pensar lo indignante que sería enterarme que su esposo está en Grindr tratando de levantarse alguna zancuda with low morale. Probablemente lo atropellaría. Así como le sacaría la mierda a cualquiera que engañara así a alguna de mis amigas. Maridos en Grindr, pues. What the actual fuck.
Pero ahí está, pues. Eso es justamente lo que consigue la homofobia. Eso y una ruma de cadáveres de chibolos que prefirieron matarse a sufrir abusos injustos por el resto de sus días (sin saber, probablemente, que esa mierda no dura toda la vida). So there, sigan diciéndole a sus hijos que «no pueden ser gays», que «está mal». Si ese hijo resulta ser gay, crecerá traumado, aterrado, pretendiendo ser un hombre heterosexual y se casará con alguna hija de alguien en una conmovedora boda religiosa, que no significará una mierda, y esto nunca acabará. ¿»Lo que dios ha unido que no lo separe el hombre», dices? No te preocupes, lo separará el otro hombre que el primer hombre se come on the side.
Pero enough about breeders, porque ahora voy por ti, zancuda. Lo peor de todo este episodio, para mí, es que este sujeto pretendía que yo lo comprendiera. Que dijera «pucha, pobre, qué duro debe ser» y me compadeciera. Bueno, verga. Me parece un maricón de cuarta y no le tengo una onza de simpatía. Pero me hizo pensar en cuánta estúpida sí debe pensar «ay, bueno, le voy a hablar hasta que me enseñe foto y si está bueno, a la mierda». Cabras, have some self respect! Meterse con estos douches, por más buenos que estén, es igual de (o incluso más) homofóbico. ¡Es darles la razón! Es decirles «sí, tienes motivos para esconderte». Es apoyar esa conducta cobarde y cruel, es darles excusas para quedarse en el closet, mentirle a su mujer y seguir con esa doble vida que encuentro repugnante. Si ustedes creen que no tenemos de qué avergonzarnos, ¿por qué le permiten esconderse? We can’t let them have their cake and eat it too. Así no funciona.
Ahora me dirán «but what about bisexuals?» y yo responderé hold. My fucking. Unicorn. Pero en fin, aceptaré la premisa de su existencia, solo por no caer en discriminaciones and for the sake of argument. De acuerdo, hay bisexuales. Ya, todo muy bien, ¿pero saben qué? Si ya decidieron por el sexo opuesto y se casaron, ¡piña, pues! Ya está. You made your conyugal bed, now fuck in it. Esto en realidad se aplica a cualquiera que haya asumido el compromiso de ser fiel, independientemente de su orientación sexual. Si ya le prometieron fidelidad a su pareja, no pueden estar en fuckin’ Grindr o prowling around the office viendo qué ejecutiva o interno se van a tirar. Ya decidieron, ya le prometieron algo a alguien y si quieren romper su promesa y empezar de nuevo, bravazo, existe el divorcio. Pero no engañen a la otra persona, that’s just messed up.
Bueno, nada, piénsenlo seriamente porque así está la situación hoy en día. Ahí están sus hijos, sus maridos. En Grindr. Y no faltará la zancuda con cero autoestima que les atraque. Ahí está, el teatro de la represión unfolding before our very eyes. Eso es lo que sus colegios religiosos y sus temores injustificados han logrado, criar hombres de mentira (y seguramente mujeres también). Bet you wish society was a LOT more liberal now, huh? Bad people, bad people!
hola
¡Hola!