Archivo de la categoría: Friends & family

Everything’s kind of a bitch

It’s been a while. Varias cosas han sucedido en los últimos meses y casi ninguna ha sido positiva, which is insane. Seriously, estos meses que he pasado en Lima no han sido nada amables. Voy a fastforward mi accidente en bicicleta que me tiene de terapia en terapia y de ecografía en resonancia magnética porque sencillamente no quiero hablar de eso. It’s fucking frustrating feeling your body doesn’t respond like it should, like it used to. Me tiene podrido no saber hasta cuándo voy a estar en este plan o si es que volveré a estar al 100% ever again. Tampoco voy a hablar de mis otros problemas de salud porque honestamente parece que me he convertido en el señor Burns, so it could take a while to get into it.

Solo quiero dedicarle esta entrada a las pocas cosas positivas que han ocurrido. I’m sure you know by now I’m going through a bit of a breakup. En este momento, literalmente, estaría llegando a mi casa y desempacando después de dos semanas en Nueva York. Pero no es así. Still here, never left. No point getting into it. Agradezco que la aerolínea con la que iba a volar me ofreció dejar el pasaje abierto. And actually, because of the accident, no tuve que pagar nada para cambiar ese pasaje cuando finalmente decidí ir en enero para ver a John Cameron Mitchell sacar la peluca de la caja una última vez. Así que agradecimientos a Avianca y al señor Mitchell por darle vuelta a lo que pudo ser una situación realmente penosa.

Also, gracias a mis viajes y mis nutridos estados de cuenta BCP LANPASS, tuve los suficientes kilómetros para canjear un pasaje a Sao Paulo cuando Marina and the diamonds anunció que Lollapalooza Brasil sería su primer concierto de la era Froot. Nunca dejé de patearme a mí mismo por perderme a Marina en Coachella 2011. I was RIGHT there, I could’ve gone. Pero no importa, ahora podré verla en marzo y gracias a mi fantástica amiga Carla, tengo donde quedarme ese fin de semana. Básicamente, solo tuve que gastar en la entrada al festival. Quién diría que ese viaje de negocios a Wunderman Brasil would continue to be the gift that keeps on giving!

Quiero agradecerle a mis amigos más cercanos por haberme acompañado mientras me inyectaba Coronas that first night shit fell apart; por almorzar conmigo en República en horario de oficina o cenar randomly en Delicass and get me to talk when I really just wanted to curl up and pass out; por encenderme una mecha en el culo para que haga todos mis papeleos para postular a la maestría; por hacerme favores como darme el encuentro en el parque Kennedy con un sobre de papeles que me olvidé en la oficina, dejando su chamba de lado, no questions asked. You know who you are, the handful of you. Ustedes y poder chupar en la calle son las dos cosas que aún me encantan de Lima.

On the random karma department, supongo que tengo que agradecer a los Powers That Be que me dieron dos extrañísimos and extremely uncharacteristic wins en las semanas que rodearon la cancelación de mi viaje y todo lo que venía con ello. I know it’s kinda awful to call someone a rebound guy, pero dado que yo también lo fui para él y de hecho hablamos muy honestamente al respecto, I guess for us it’s kind of okay. Kid, I’m impressed. Gracias por la mejor reacción de 2014. La que un huevón casi cuatro años mayor que tú no tuvo (y la que este huevón casi diez años mayor que tú, tampoco). You’re a class act and I’ll be forever jealous of whoever’s lucky enough to land you. Sobre el segundo win, um, ¿gracias IAB? Lol.

And to You: I’ve been accused of being extremely lenient when it comes to you, but they don’t know you and they don’t know us. If I never see you again, that’s fine, I’m letting the universe work that shit out for me. I am, however, putting Alanis to work in helping me through ‘cause the bitch knows a thing or two about «having a lot of feelings» and being dumped for a blonde. Here she NAILS it (like, hey-get-out-of-my-head-bitch nails it): «I miss your smell and your style and your pure abiding way. Miss your approach to life and your body in my bed. Miss your take on anything and the music you would play. Miss cracking up and wrestling our debriefs at end of day. These are things that I miss. These are not times for the weak of heart. These are the days of raw despondence. And I never dreamed I would have to lay down my torch for you like this». So yeah, even though it is a BITCH right now, I had fun back then and I am grateful. But fuck you a little bit, tho.

Y a las malas vibras…

tumblr_ndimtmME4Y1tabg86o1_500

 

Drinks > gaybies

So, una súper amiga mía tuvo un pregnancy scare esta semanaTengo la impresión de que lo tomamos con más calma de la que ambos hubiéramos podido anticipar. Ciertamente fue una discusión más level-headed que la última vez que hablamos del tema, way, way long ago, cuando no había un embarazo de por medio, solo hipótesis y precedentes. La racionalidad y serenidad con la que repasamos las opciones fue verdaderamente sorprendente. I could be wrong, tho, todo esto fue por whatsapp. She could’ve been freaking the fuck out y yo no me habría enterado. Pero no me dio esa impresión. Yo ciertamente estaba muy tranquilo. Obviamente not my baby, not my problem, right? Pero no me sentía no-responsable. Tampoco me pareció un problema. Ya no somos chibolos. No estaría fuera del reino de lo posible tener (y mantener) un hijo ahora. It would suck, sure; no estamos enteramente listos para dejar de ser egoístas, you bet; pero no es impensable como lo era hace diez años, cuando tuvimos esa conversación. Esta vez, no tenía que terminar inevitablemente en pro-choice territory. This time, it could actually happen.

Mi amiga ha estado bastante… digamos, ocupada últimamente (let’s keep it classy). Así que no estaba enteramente seguro de quién podría ser el padre. Tenía una idea y esperaba que fuera él porque es churro and he’d surely produce beautiful babies. Le pregunté si sería suyo y me dijo que sí, que no se había hecho a nadie más (que calzara con la fecha… I’m not covering for you, you big ho!). La verdad el chico me daba buena espina como padre, if not como novio. Pensé que no sería un douchebag que la llevaría a la clínica más cercana ni un idiota que le pediría matrimonio. He stroke me (not literally, I wish!) as the kind of guy who’d step up. Además tenía cara de llevarse bien con los niños. Again, could be wrong, I don’t even know him. No sé, por un segundo me emocioné. And let’s keep it real, si esta huevona no se embaraza por accidente, jamás será madre.

Anyway, repasamos las opciones con tranquilidad. Históricamente, la reacción de mi amiga ante la maternidad siempre ha sido un sólido «um, pass«, así que empezamos por el escenario con la menor cantidad de bebé posible. There’s obviously plan A, which is pretty self-explanatory. Plan B, aka dárselo al padre, olvidarse del asunto y que la fuerza lo acompañe (can you even do that? Like, legally?). El plan C, to actually keep it (para lo cual le aseguré que el chico tenía cero cara de ser un deadbeat father); y el siempre popular plan G: give it to the gays! O sea, a mí. De hecho fue medio en broma y cagándonos de risa, but for a second there, fue una alternativa real. Después de todo, somos tal para cual. Si yo no quedo embarazado por accidente, tampoco seré padre… y las probabilidades de que mi anticonceptivo falle son literalmente nulas. Condoms may fail, but biology is motherfucking shockproof! Lo más gracioso de todo es que yo me ofrecí. Con la condición de que el bebé fuera lindo, obvio. It was really for funsies, no se me ocurrió que podría suceder.

Al día siguiente me escribió a Facebook y me dijo que aún no había heavy flow para su wide-set vagina, así que se haría la prueba. Le deseé suerte y no volví a escuchar de ella en todo el día. Ya en casa, tarde, le pregunté qué fue. Estaba seguro de que si no me había enterado de nada hasta ese momento era porque a) no la había hecho, o b) la hizo y salió positiva. O sea, si se la hubiera hecho y hubiese salido negativa, me lo habría dicho al segundo. Me habría enterado before the pee had even dried and that had not been the case. No hubo respuesta y me fui a dormir. A la mañana siguiente tenía un mensaje esperando en whatsapp. Negativo. And there went my unborn gayby.

Evidentemente, estoy consciente de que era una pésima idea. Nobody has a baby as a favor. Pero igual fue divertido pensar que lo haríamos. It’s all for the best, ninguno estaba listo para la paternidad. Además, call me old-fashioned, pero primero viene el marido y luego el bebé, jajaja. No querría ser padre soltero de ninguna manera. I ain’t going through that shit alone! Y así como van las cosas, ese día aún está lejos. Además, turns out I already had a few babies last year. Man-children, anyway. Y esas experiencias me han dejado como lección que no estoy para juegos de niños. I say what I mean, do as I feel and don’t play fucking games. Cuando aparezca alguien del mismo perfil y hayan pasado muchos, muchos años, podremos pensar en el futuro y en adoptar los hijos que mis amigas no quieran (y cantarles My Baby, aka Tiny Hands, obvio). Pero por ahora, no gracias. Así que, amigas, cuídense, puta madre. ‘Cause I’ve only just begun (having my fun).

 

Girl interrupted

Como ya es costumbre, este post empezó siendo sobre una cosa y terminó concentrándose en otra. Últimamente, cada vez que quiero escribir algo, la historia se me escabulle. Se pasea por los corredores de mi mente, abre puertas, se encuentra con gente, conversa. Al final, reaparece del otro lado del pasillo, cambiada. No tiene tantos bolsillos para cargar sus pormenores y las reflexiones que me despertó, así que sacrifica algunas cosas en favor de otras. Así, con menos detalle, llega este post sobre una chica de dieciséis años que conocí en un bar de Barranco. Estaba escoltada por otra, algunos años mayor, y compartía con ella un par de Coronas y una familiaridad que lucía ligeramente diferente. Una hermandad que no podía describir. Cuando nos dijeron sus nombres, les preguntamos cómo conocían a la cumpleañera. «Somos amigas de rehab«, sonrieron.

Así, sin aspavientos, sin miedo a ser juzgadas, con sonrisas francas y resignadas que me decían cuán condenadas habían sido ya y cuán poco les importaba eso ahora. La conversación continuó con naturalidad y nos alejamos del tema. Nadie parecía querer profundizar mucho más. Not in public, anyway. Excepto yo. Me sentí inmediatamente atraído a su historia y, cuando salieron a fumar con mi amiga Natalíe, salí con ellas. Odio el olor a cigarro, pero no hay nada que no haré por escuchar una buena historia.

Hablamos un poco de todo. De las razones por las cuales habían ido a rehabilitación, de si fueron voluntariamente o llevadas por sus papás, de sus terapeutas que eran amigos y trabajaban en conjunto, etcétera. No entraré en detalles porque no es my story to tell, pero sí puedo decirles que me fue mucho más sencillo hablar honesta y cómodamente con ellas cuando les dije con la misma apertura que yo también había tenido un desorden alimenticio cuando tenía catorce y con el que, hasta cierto punto, aún tengo que lidiar hoy. Ambas parecieron muy contentas de escuchar mi revelación, de estar en igualdad de condiciones, de encontrar una parte de sí mismas bajo mi superficie. De hecho, nunca he tenido problema en admitir mis body issues adolescentes y jamás he recibido una sola palabra negativa al respecto, pero nadie me había mirado así, con tal conocimiento de causa, tanto mayor que el míoIt was a first and it was absolutely endearing.

La conversación se vio interrumpida por la enfermera de una de ellas, la menor, que llamó por teléfono exigiéndole que regrese a casa. «Ay, es que me escapé de mi casa para venir acá», sonrió, como si nada. En ese momento, y quizá porque estoy más cerca a la edad de sus papás que de ella, me pregunté qué pensarían ellos. Cómo probablemente creían que se les acabaron las opciones, que solo les quedaba amarrarla a la cama para protegerla del mundo y de sí misma y cuán equivocados estaban. ¿Pero qué haría si fuera mi hija? How scary it must be for parents to helplessly watch their children unwittingly surrender to invisible forces that tear them apart. No sé lo que haría en su lugar, pero algo sé muy bien: la restricción por miedo engendra rebeldía sin causa. Si, por miedo a lo que pueda pasar, la encierran, ella solo querrá salir for the hell of it. Ese será su nuevo fin, breaking free, y la distraerá del que debería ser su objetivo: entender qué pasa en su cabeza.

Pero qué tendrá esta chiquita en la cabeza, me pregunto. En un momento, por no hacerla sentir incómoda ante una confesión muy personal sobre por qué terminó en rehab, le dije «bueno, shit happens» y no indagué más. «Exacto», me dijo. «Shit happens«. ¿Y saben qué? Shit really does happen. Or it doesn’t but feels like it does. Eso me ha pasado a mí también, en cierto modo. No podría juzgarla, la entiendo perfectamente. Pero, con el tiempo, uno aprende a no ser eterna víctima de las circunstancias y ser responsable de sí mismo. Esta niña menor de edad, recién salida de rehab, tomando en un bar, estaba tantos años tan lejos de aprender esa lección que me aterraba pensar que quizá se pierda en el camino antes de hacerlo. Me sentí ligeramente responsable. Quería hablarle más, decirle algo que le sirva, pero llegó su taxi y se fue. A casa, espero.

En el camino de regreso a mi casa, solo podía pensar en cuán diferentes se veían del resto de chicas en la reunión, incluso desde antes de identificarse como «amigas de rehab«. Tenían algo, una vivacidad que el resto no. Era como si todos estuviésemos en blanco y negro y ellas, a color. They outshined everyone in a way that was interesting to watch, beautiful even, but not quite right. «Me sentí en un capítulo de esas series de MTV», me dijo Majo, y de hecho fue un poco así. Era una de esas situaciones que ninguno de nosotros, o al menos yo no, había vivido en carne propia cuando fuimos teens.

De chico yo no hice mucho más que encerrarme a escuchar música, escribir en mis cuadernos y sentirme muy mal por muchas cosas. Tenía amigos, but not really. Salía poco. Nunca fui el chibolo drogadicto o el que se emborrachaba on a daily basis (eso lo hago ahora, con cierta responsabilidad). Tampoco intenté suicidarme; incluso si lo pensé, soy muy terco para rendirme. Creo que en ese sentido nunca fui demasiado problemático para mis papás. I was quiet, I wasn’t really there. Me imagino que solo les preocupaba cuánto me había encerrado en mí mismo (o sea, cuando se dieron cuenta). Lamentablemente para ellos, yo resolví mis issues solo. Eso me hizo salvajemente independiente y ya no sentía gran necesidad de incluir a mucha gente en mis decisiones, mis problemas o mi vida. I guess they would’ve wanted in, but that didn’t feel natural to me anymore.

Cuando veía series de chibolos en la tele, que salían y juergueaban y les pasaba de todo, me preguntaba por qué mi adolescencia no era así, tan dramática, tan llena de amigos, amores y actividades, tan larger than life. Hasta que escuché que la idea detrás del video de 1979 de Smashing Pumpkins era «recrear la adolescencia que Billy Corgan jamás vivió». Ahí entendí que, efectivamente, la vida de la mayoría no era así. No todo podía ser épico todo el tiempo, no tenía por qué. A veces la vida solo era normal y ya. La verdad, no me hubiera gustado ser un chico de dieciséis años que pasó por rehab e inspiró el blog de un desconocido. Hoy encuentro cierto confort en mi adolescencia tela. Además anoche me botaron de una piscina vacía por casi, casi lanzar con amigos cuando llegó la dueña de casa. ¡Así que supongo que nunca es tarde para hacer cojudeces!
PS: sorry about that.

 

#Top15: Cosas que aprendí de Clueless

Amigos, he tenido unas semanas THRILLER. So dramatic and emotional! Me he visto obligado a aceptar que estoy en un punto crítico en mi vida, in an actual make-or-break scenario. Hay mucho por hacer y para todo habrá tiempo, pero todo este soulsearch me está desgastando. I’m, like, over it. Así que voy a romper la densidad de mi vida con banalidades divertidas, como quien hace hora antes de lo inevitable.

No sé si saben, pero tengo una terrible debilidad por las películas protagonizadas por mujeres fabulosas. Si son fabulosas desde la secundaria, mejor. Puntos extra si, además, son películas noventeras y por ende de mis formative years. Efectivamente, Heathers (no es noventas pero casi), The Craft, Empire Records, Cruel Intentions, Jawbreaker, 10 things I hate about you y decenas más han sido parte de mi formación, pero pocas me han marcado tanto como la más épica película adolescente de los 90, Clueless.

Juro que Clueless me enseñó todo lo que necesitaba saber de la vida. I’m not even kidding. Me preparó perfectamente para lo que vendría después de la pubertad (que en 1995 aún no había alcanzado). No sé ustedes, pero yo aún cumplo a cabalidad algunas lecciones del impecable guión de Amy Heckerling to this very day. Con ustedes, mis 15 lecciones favoritas, las que todavía cumplo o jugaron un papel importante en mi vida, de la mano de la nunca tan fantástica y blonda Alicia Silverstone y compañía. Hope you enjoy!

 

#15. Educación vial: saber manejar is about the coolest thing ever, pero hay que hacerlo bien.

#15.1. Aunque solo necesitas aprender a estacionar para dar el examen, tbh.

#14. Política: The government SHOULD get to the kitchen. El mundo es libre.

#13 Cultura general: Hay muchas joyas acá, pero tres se me quedaron por siempre. ¡Y kudos a la película porque me hizo buscarlas!

#13.1. Literatura: «To thy own self be true» (y que hay mucho pseudo intelectual pretencioso).

#13.2. Arte: la obra de Monet.

#13.3. Latín: «Carpe Diem, ok?» (no había gif :c)

#12. Tecnología: El futuro es digital (y también estaba escrito para Alicia Silverstone).

#11. Persuasión: TODO es negociable, hay que saber cómo.

#10. Autoestima: A veces un cambio de look sí ayuda (and it makes Di so happy!).

#9. Anatomía: Miren la mano de Tai. Cambió mi vida.

#8. Seguridad: No puedes sacar el celular en cualquier parte.

#8.1. Y si ya estás en esa situación, caballero. It’s not worth it.

#7. Orientación sexual: Existen los gays.

#7.1. I was SO gay.

# 7.2. But gay is ok! We have the coolest car, the witty catchphrases (hagsville!) and are the life of the party.

#6. Drogas: «It is one thing to spark up a dubie and get laced at parties, but it is quite another to be fried all day».

#5. Relaciones interpersonales: Three lessons that will stand the test of time.

#5.1 El lenguaje corporal es importante.

#5.2. And it goes both ways…

#5.3. Cuando te dicen que llamarán al día siguiente y no lo hacen, no desesperes. Their bio clocks are set to Boy Time.

#4. Crushes: We will all meet someone and have that ONE song…

#4.1. Que eventualmente se convertirá en esto.

#3. En general: This hand gesture. Multipropósitos.

#2. Amistad: we all need that ONE true friend that makes life fabulous. Keep them.

Y mi regla de oro, la más importante, la que nunca olvidé y siempre he cumplido…

#1. Fiestas: «Always make a lap before you commit to a location». 

‘K, love ya, bye!

All these feels…! [o el por qué de mi obsesión con los festivales]

A mi hermana, quién lo diría.

 

¿Han escuchado eso de «alguien ya lo dijo antes y mucho mejor»? Pues, yo soy un firme creyente de ello. No porque crea que todo tiempo pasado fue mejor o que no hay creatividad en el siglo XXI. Simplemente he encontrado que cada vez que quiero expresar algo,  alguien ya lo hizo de una forma más certera, bonita o elocuente. En parte es una mierda, porque me derrota como escritor, pero también me reta a encontrar el turn of phrase adecuado para cada situación (y no hay nada más rico que encontrarlo). But I digress… lo que realmente quería discutir es mi relación con la música. Bear with me, it will all make sense in a second.

Para serles sincero, no recuerdo mucho de mi niñez. Recuerdo que mis padrinos, a quienes no he visto en décadas y cuyos nombres ya olvidé, me decían que «hablaba como viejo» (lo que me hace pensar que probablemente nunca tuve una). Recuerdo fiestas de cumpleaños, juguetes, a mi primo, amigos de colegio, sí, todo eso. Recuerdo haberme divertido, haber jugado y reído, pero también recuerdo sentirme fuera de lugar la mayor parte del tiempo. No me encontraba con los niños de mi edad y paraba con gente mayor que yo casi todo el tiempo. El problema con eso es que yo era mucho más inocente que todos esos chibolos que se las querían dar de pendejos. Ultimately, tampoco me encontré entre ellos y me ensimismé cada vez más. Lo cual, déjenme decirles desde ya, it’s not a bad thing. Ser introvertido no es un crimen ni algo que compadecer. Lo único que no me gustaba era sentir que no había nadie que pensara o se sintiera como yo. Then music happened.

Si bien mi hermana no es Zooey Deschanel en Almost Famous y no hemos sido particularmente cercanos desde hace muchos años, ella fue quien me abrió los ojos a través de los oídos. Escuchaba música con ella, en la radio, cuando éramos chicos y más amigos. Nos gustaba casi lo mismo porque, básicamente, nos gustaba todo. Ninguno tenía preferencias en esos años. Salvo por el latinoide que odiábamos con pasión (ahora ella escucha pachanga, por ejemplo. Creo que nuestra relación murió right there and then, jajaja). MTV y la movida alternativa era todo en nuestra vida, pese a que ninguno hablaba muy bien inglés in the early 90’s. Con su bendición (y la plata de mi mamá), compré mi primer CD a mediados de 1996, pero antes de eso, ella ya me había hecho el mejor regalo del mundo: un atado de cassettes copiados – sí, cassettes, coño – que ella ya no quería o ya tenía, no recuerdo. Entre ellos, To the faithful departed de The Cranberries, que había salido recientemente, y Jagged little pill de Alanis Morissette, lanzado el año anterior. Mi vida cambió para siempre ese día. Encontré en los acordes lo que nunca pude expresar con palabras y, posteriormente, cuando mi inglés se hizo más potente y estas mujeres siguieron lanzando discos, encontré en algunas letras todo lo que siempre había querido decir sin éxito.

Desde ese momento en adelante, la música fue mi mejor amiga y me sacó de secundaria en una sola pieza. Tenía amigos reales, sí, pero no sentía una conexión tan fuerte con ellos. No la necesitaba. A esas alturas ya tenía a Tori Amos, PJ Harvey, Björk, Fiona Apple y cuanta mujer con micrófono se me puso por delante. Ellas me ayudaron a reconocerme, a salir del hoyo. Tenía a Garbage, Green Day y The Smashing Pumpkins para mis ratos de rabia. Tenía a No Doubt y las Spice Girls para divertirme. No sé cómo explicarlo. Cuando eres chico y no te sientes «como el resto», puedes confiar en tus amigos hasta cierto punto, pero no al cien por ciento. A esa edad, hay cosas que no le cuentas a nadie y usualmente son las más críticas. Darte cuenta de que eres gay, por ejemplo. Estoy bastante seguro de que mi proceso de auto aceptación fue menos traumático por todas esas bandas y solistas que se sentaron en el suelo conmigo, cuando estaba solo en mi cuarto preguntándome «por qué a mí». Todos, a su manera, me dijeron que no tenía nada de extraordinario y que deje de ser tan cabra. O sea, imagínense cómo me sentí cuando descubrí a Placebo. Uf, ¡qué paja fue! Quería pelearme con el mundo. Take on every hater, out, proud and vicious. Y ni hablar de cómo me sentí cuando, después de mi peor break up (first gay break up, obvio), me estrellé de casualidad con un señor que preguntaba a voz en cuello «¿por qué vienes cuando sabes que hace todo más difícil para mí? ¿Por qué llamas por teléfono y por qué me mandas notitas tontas?». Tipo, creo que ese día me bajé toda la discografía de Morrissey y lloré como si hubiera encontrado a mi alma gemela.

Vivir en Perú, sin embargo, posed a problem. Hasta 2003, cuando vino Alanis por primera y única vez a Lima, NINGUNO de mis amigos me había visitado. De hecho, la Alanis que me visitó no era la que yo recordaba. Era una Alanis post Under Rug Swept y pre So-called Chaos, o sea, más sosegada y con el pelo corto. Pero bueno, seguía siendo la misma mujer que me enseñó que a veces era inevitable disecarlo y descomponer todo y que todo lo que realmente quiero es algo de paciencia para calmar mi voz iracunda, así que fui y le aplaudí desde la tercera fila de la Explanada como nunca le había aplaudido a nadie. Entonces me di cuenta que todos esos años habíamos mantenido una amistad por correspondencia y eso se aplicaba a absolutamente toda la música que amaba. Todas esas canciones eran correos que ellos me mandaban y que yo leía con mucha atención en la oscuridad de mi cuarto. Escucharlas en vivo era como tener una conversación real, ¡porque finalmente ambos estábamos ahí! Después de eso, nada volvió a ser lo mismo. Sí, todavía amaba escuchar música en mi cuarto y aún me ayudaba, pero los CD’s eran pastillas y los conciertos, una inyección. Pensaba mucho en eso, pero no con seriedad.

El último semestre de 2004 experimenté varios golpes que no voy a detallar. Suffice to say I was at my lowest. Finalmente llegó el verano y decidí sacudirme la depresión viajando un mes a Miami. Tenía algo de plata ahorrada de mi chamba en la universidad y mi mamá me puso el resto. Two weeks in, I was bored out of my skull. Tenía 20 años y no era legal. Entrar a juergas era casi imposible por mi cara de bebé. Jailbait, as they say. Me tenía que contentar con ir a la playa y gilear un poquito con algún surfista churro. Entonces recibí un newsletter de toriamos.com anunciando una firma de autógrafos en Nueva York. Me quedaba un huevo de bolsa de viaje porque, además, había retomado mi discreta anorexia y no había gastado nada en comida. And so, I kissed my aunt good-bye y me largué a Nueva York. Me encontré con un amigo que andaba por allá, paseamos, nos reímos, me acompañó a conocer a Tori y me tomó las fotos de rigor… uf, no. Fue genial. Pero me quedé con ganas de más. Básicamente, me repetí a mí mismo ochenta veces «¡por qué coño no cantó!».

Hasta este punto en el relato, han pasado dos cosas cruciales que cambiaron el juego. Repasemos: 1. Fui al concierto de alguien que realmente había amado por años. 2. Viajé sin miedo alguno a buscar a alguien más, que también había amado por años. En 2007, pasó la tercera: ganaba mi propio dinero. Ya trabajaba en la universidad como asistente de la Secretaría Académica y ganaba algo de plata, pero además hice mi primer freelo como camarógrafo para una activación BTL en la agencia de mi hermana. Fue la cosa más espantosa yet divertida que jamás he hecho y con el jugoso cheque que me dieron ese Marzo y lo que tenía ahorrado de la universidad, decidí combinar todos los elementos e ir en busca de mis amigos. Me fui a Chile con una amiga a ver a Placebo (original lineup, además) y la experiencia fue tan increíble que ya no pude parar. Fue como respirar hondo por primera vez. No podía entender por qué me había conformado con respirar normalmente cuando podía llenar mis pulmones hasta reventar. Si hubiera sabido que esto era una opción, habría trabajado desde los doce años, creo…

Así es como todo empezó, amigos. Después de ese concierto, 30 de marzo de 2007 (jamás lo olvidaré), literalmente ya no había quién apague el incendio que se originó en mí. Quería verlos A TODOS y no me detendría ante nada. Ese mismo año, tras solo un mes en mi nuevo trabajo, hice maletas otra vez y emprendí un roadtrip por todo Florida para seguir a mi diosa absoluta, Tori Amos. No conocía a nadie, no tenía hospedaje, no tenía carro, no tenía nada, solo mis entradas y la férrea determinación de llegar a todos los conciertos. Me lancé a la aventura e hice amistades increíbles que mantengo hasta el día de hoy y fue, quizá, el mejor viaje de mi vida. Hice todo lo que mi mamá me dijo que nunca haga: me subí al carro de extraños, dormí en casas de perfectos desconocidos, me quedé en hoteles random al lado de la carretera, me metí a hot tubs calato con varios hombres y mujeres y CONCHA SU MADRE, NO PUEDO DEJAR DE SONREÍR ESCRIBIENDO ESTO. It was fuckin’ EPIC. Nunca me había divertido tanto en toda mi vida.

¿Cómo te detienes cuando vives algo así, pues? I just couldn’t and still can’t. Soy un adicto, literal. En 2008 me fui a Argentina a ver a la Reina, Madonna, y regresé al año siguiente para ver a Lily Allen en mi cumpleaños. En 2009 también fui a California a ver a The Cranberries y a mi novio, Morrissey. No podía con mi alma. En 2010 me fui al festival Corona Capital de México a ver un puñado de bandazas, que incluían a Metric. Eventualmente Metric canceló y los odié por casi un año, pero pude ver a Regina Spektor, James, The Temper Trap, Two Door Cinema Club y varios más en primera fila. En 2011 renuncié a mi trabajo y me largué casi dos meses a California (una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, creo). En esas seis semanas de absoluta felicidad, experimenté LA MADRE de todo: Coachella… y creo que nunca he sido tan feliz (as evidenced by this photo). La cantidad de conciertos que vi en esos tres días fue obscena: Robyn, Ellie Goulding, PJ Harvey, Scissor Sisters, Suede, Mumford & Sons, Broken Social Scene, The National, tipo… lloro de solo recordarlo. El sol, la música, la gente, los churros, los amigos. I CAN’T. En diciembre de ese año, decidí hacerle otra visita a Tori. La perseguí por Nueva York, Washington y Boston. El 2012 fue el año de las sacadas de espinas. Tras la cancelación del Planeta Terra Lima, me cagué en todos y me fui a Chile a ver a Garbage. A mí NADIE me cancela. Y hablando de eso, ese año también vi a Metric en Miami. De hecho, convencí a la siempre super trooper Miryara para aventurarnos por la Florida y vimos también a Florence + the machine y Fiona Apple. Más tarde ese año nos volvimos a largar, esta vez con más amigos, para ver a Madge hacer sus pasos de viejita en el MDNA tour en Buenos Aires. Simplemente increíble.

Para mi buena suerte, Lima hace ya un buen tiempo pasó a ser un destino musical importante y mis conversaciones con estos amigos se han hecho más frecuentes y menos costosas. Pero, evidentemente, aún estamos lejos de ser parada obligatoria para muchos de mis mejores amigos, así que a ellos todavía salgo a cazarlos. En lo que va del año, como ya saben, asistí a mi primer festival europeo y me reecontré con viejos amigos e hice algunos nuevos (I’m looking at you, Nelly!). No puedo ni quiero parar, así que mi siguiente festival is already in the works y, de acuerdo a su sitio web, en este preciso instante, estoy a solo 109 días, 16 horas, 14 minutos y 26 segundos de toda esa felicidad… Summer in Montreal? Trust me, I’m counting. Esa es la historia, amigos. Al menos hasta el día de hoy. Quién diría que sería mi hermana la que empezaría todo esto. ¡Si la concieran, dirían #KHA…!

 

Let’s just be human and mind our own damn business!

Una vez escuché, no sin reírme internamente, que «gay is the new black«. Estoy casi seguro que era una especie de afirmación positiva que muchas cabras se repetían a sí mismas para sentirse bien consigo mismas y de toda moda. Algo así como cuando ponen Born this way en cualquier antro gay (¿en el 2013, really?). Pero para alguien un poco más cínico como yours truly, también podía referirse a que somos de hecho los nuevos negros, los oprimidos del siglo XXI. Tal vez algún día tengamos a una Rosa Parks de ambiente que arme un escándalo en el Metropolitano, abra la puerta hacia una vida maravillosa de derechos y cositas, y la opresión pase a la siguiente minoría du jour. ¿Quién está en cola? Los mormones, creo, ¿no? He visto un culo de anuncios suyos en Facebook. Asumo que están súper cerca a su big break en el Minority Idol.

But anyway, independientemente de lo que signifique realmente esa frase, quien tome partido por una u otra lectura tendrá la razón. ‘Cause gay really is the new black. Tanto por la estereotipada popularidad como por la discriminación y ahí yace mi problema, lo que me impulsa a escribir esta entrada. ¡Estoy podrido de lo gay! No puedo escuchar más sobre el matrimonio gay; si veo ese fucking signo igual en Facebook una vez más, me va a estallar el cerebro; si veo otra pareja gay esforzándose absurdamente por ser una pareja straight de 60 años, voy a perder el norte; y si escucho a otro hetero autoproclamado de mente abierta preguntar «¿quién es la mujer?», me haré bolita en el suelo y esperaré la muerte.

Enough! Gays are people, too! No los miren y ya está. Creo que ningún gay les dirá que quiere sentirse estudiado todo el tiempo o que exige un trato especial. En mi caso, por ejemplo, su opinión me vale gorro, no quiero su atención ni vivo para satisfacer su ignorante curiosidad (nunca falta la zancuda que quiere llamar la atención y corre gritando con la tiara en la cabeza, pero ese es su problema). ¿Por qué les cuesta tanto dejar el tema en paz? «Why can’t they back up off me, why can’t they let me live?» (Only Lindsay knows my pain, tbh). No hay nada peor que tener al mundo entero diciéndote lo que opina de tu vida amorosa/sexual, ¡o si deberías tener una, siquiera! No es tan interesante o diferente de la suya como para que se rompan el cerebro tratando de disecarla, amigos straight. Tipo, basta. We’re all human. We’re only human.

And If I’m completely honest, el matrimonio gay me hincha las bolas. Yo vivo en Perú y aquí aún no se va a dar. Incluso si lo proponen, no se dará. Incluso si hubiera un referéndum al respecto, no se daría. O sea, hasta yo votaría en contra. ¡De qué coño sirve que se reconozca en el papel, si te siguen viendo raro cuando eres hombre y dices «mi esposo»! Una ley aprobada no vale nada en una sociedad que no está lista para acatarla. Supongamos que me caso (say, with astronaut Mike Dexter) y estamos paseando en la calle, lindos y enamorados como los newlywed que somos, ¿ustedes creen que la sociedad peruana nos mirará, sonreirá y celebrará nuestro amor? Bitches, get real. En el futuro, cuando toda la generación del ’50 esté muerta y solo queden algunos animales de feria de mi generación, las cosas serán más prometedoras. Porque incluso si los haters no han sido erradicados al 100%, por lo menos serán una minoría y les dará roche admitirlo. Sus hijos son la clave, espero que lo sepan.

Lo mejor de todo es que ni siquiera les tienen que decir «está bien, gay is good«. No se trata de reventarle bombos y platillos. Solo enséñenles a ser tolerantes. Basically teach them not give a fuck. Así de simple. Eso es algo que pueden hacer por sus amigos gay, no cambiar su puta foto de perfil «apoyando la causa». Changing your profile picture is not activism! ¿Cuántos perros callejeros han salvado sus posts de perros sin ojo y con tres patas? ¿Y cuántos autogolpes han detenido cada 5 de abril desde hace 20 años con sus estatus de «nunca más»? No sean ridículos y hagan algo útil por su vida, oye. Por último, no tienen que esperar que llegue la prole para iniciar el cambio de mentalidad. Pueden empezar con ustedes. Todo bien si dejan de decirle a sus patas «oe, no seas cabro» cada cuatro oraciones, por ejemplo. O si dejaran de reírse babosonamente con sus amigos cuando ven a alguien que parece gay. «Oye, mira, mira, ja, ja, uga, uga, yo hombre bestia». Además, estoy segurísimo de que tienen algún familiar homofóbico al que pueden ilustrar sobre cómo los gays no planean extinguir la humanidad ni acelerar el juicio final o resucitar a Hitler.

But it’s not all the breeders’ fault, hay unas zancudas que provoca estamparlas contra la pared, pero será materia de otra entrada. And on a completely unrelated matter, aprovecharé que estamos hablando de lo gay para brindar mis descargos sobre un ~temita~. Aparentemente ya le di la vuelta al círculo las suficientes veces como para que mis former significant (and not-so-significant) others están saliendo los unos con los otros. Let me set the record «straight»: todo súper bien conmigo, así que cálmense, cabras and fag hags. De hecho, no tenía nada que decir al respecto hasta que recibí una llamada telefónica que me hizo pensar que se estaba discutiendo cómo me habría «afectado la noticia» and I will not have that. I haven’t seen either one of these bitches in, like, a decade so it’s safe to say we’ve all moved on and remain friends. No tengo ninguna opinión al respecto porque no es asunto mío y no, no estoy histérico ni haciendo brujería en mi casa. Les deseo a todos mis ex salientes, crushes o lo que hayan sido, una vida plena en la que yo no tenga nada que ver, jajaja… sigan con sus vidas sin preocuparse por mí, por favor, ‘cause I’m certainly not worrying about you! Sé lo que dice Gretchen Weiners, partial Spring Fling Queen and Toaster Strudel heiress, y estoy de acuerdo hasta cierto grado… pero esto no es Mean Girls, estúpidas, grow up! jajaja #loveya #xoxo

Un gato

Hace algunos meses, conocí a un gato. Vivía en Miraflores, junto a una construcción. Como todo gato, era (y sigue siendo) ferozmente independiente. Evidentemente un gato callejero, techero, pero tan hermoso y bien cuidado que bien podría ser un príncipe felino autoexiliado. Los ojos celestes más lindos, la melena rubia, flaquito y elástico. Me encantó desde que lo vi. Pero ya saben cómo son los gatos. Les gusta que los acaricies, pero realmente no tienen dueño. They keep you around, nunca al revés. Además, este era un gato del mundo, le pertenecía a las calles y a sí mismo. Si hubiese querido llevarlo a casa, no me habría seguido. Si me hubiese seguido, no se habría quedado. So I made up my mind long before I approached him. I would pet him and let him be.

Los gatos me fascinan, siempre fue así. Tengo una conexión muy especial con ellos porque son un reflejo de mi propia personalidad. Pero yo soy un gato casero, me gusta que me quieran. Me gusta tener a alguien que me da lo que necesito y a quien ronronearle o ignorar olímpicamente cuando me da la gana. Así que, como gato que soy, sé perfectamente cómo aproximarme a uno. Me acerqué, me agaché y extendí una mano. Él se acercó sin dudar. Nunca duda, ni cuando cruza la pista. Lo acaricié un ratito y me fui. Para ese entonces ya no tenía a mi gato, así que necesitaba un poco de interacción felina. Esto ocurrió en varias ocasiones y poco a poco me fui encariñando con él. Pero siempre se iba. Desaparecía y regresaba semanas después, con cicatrices y marcas, pero siempre feliz. Una vez incluso volvió con los bigotes chamuscados, pero ronroneaba como si nada. Esa es la vida del gato techero and that’s how he rolled. I was fine with that. Es bueno no preocuparse demasiado.

Truly bonding with a cat, however, is a tricky business. Nunca sabes realmente lo que piensan o sienten por ti. Les gustas, claro, se divierten contigo, disfrutan tu compañía y reconocen que eres amigable y vale la pena quedarse un rato, sino no estarían allí. Pero no van a detener su camino por mucho tiempo. De hecho, este gato no lo hizo. Solo lo vi algunas veces más. Incluso me siguió a casa un par de veces. Jugamos, me mordía, yo lo acariciaba, juntábamos las cabezas, standard cat play. Su pelaje era tan cálido, siempre me sorprendía. ¿Hubiera querido conservarlo? No lo sé. Sí, quizá. Es, después de todo, el gato más lindo que he visto. Pero no creo que la transición a gato casero hubiese sido buena para él. No la habría aceptado, tampoco. Así que quizá ya no nos divertiríamos tanto. Me consideraría un carcelero más que un compañero gato y eso sería terrible para ambos. No me entendería (porque con los gatos no se puede razonar). No podría explicarle la diferencia entre una jaula y un hogar, que valgan verdades a veces la hay y a veces no.

Entonces, ¿qué? Apreciar al gato por lo que es, no por la mascota que yo quiero que sea. There are still wild, beautiful things out there and they will do what they’ll do. Te dejarán pasear con ellos, pero si lo tuyo no es lo suyo, eventualmente ambos tendrán que dejarse ir. Difícil, sobre todo con gatos tan lindos que solo te provoca acurrucarte en la cama y no salir jamás, pero no imposible. Por ahora extrañaré nuestros juegos hasta que lo vea de nuevo, porque con él nunca se sabe. Probablemente pasará un tiempo y regresará, con el pelo más corto o más largo, saltando feliz sobre sus patitas. I won’t hold my breath, pero si lo escucho maullar en mi puerta alguna vez, sin duda lo dejaré pasar. Además, imagínense si está lloviendo o algo.

PS: I was never talking about an actual cat.

Something somewhere [part 1]

Pues, aquí me tienen. Una vez más en un aeropuerto. Esta noche en Barajas. «Ay, me voy otra vez. Ahí te dejo, Madrid». Un destino que, a decir verdad, no me es muy difícil dejar. De no haber sido porque mi mejor amiga vive aquí (y es el punto más barato para volar de Lima), I would’ve skipped it entirely. O quizá no, pero definitivamente hubiera pasado rapidito.

Pero aquí estoy y me cuesta. Again, no por Madrid, sino por Europa en general y los amigos que dejo aquí. Sé que he sido muy irregular en mi publicación durante estas semanas, lo siento. Estuve muy ocupado viviendo intensamente cada segundo, tomando fotos, bailando, muriéndome por mis amigos y, por qué no, equivocándome con todos los hombres correctos. Ahora, en el gate R14, el retorno a la normalidad es inminente y mi rechazo me impulsa a escribir.

Hace tres semanas que no muevo un dedo (de hecho, los he movido todos, pero no para trabajar y si representó algún esfuerzo, les aseguro que sarna con gusto no pica) y la sola idea de volver a la oficina deforma mi espíritu a palos, cual Rihanna y Chris Brown. Mi travesía europea ha durado bastante, pero siento que se ha pasado en un parpadeo, as it so often happens with larger-than-life adventures.

Si creen que voy a decir que me gustaría que esto no acabase nunca, les diré que no soy ningún huevón. Nunca tan iluso. Sé qué hay que volver. Sé que hay que trabajar (¡para pagar todo lo que he comprado!). Pero quería un día más. Sólo uno. Estuve muy cansado de mi vuelo París-Madrid para disfrutar mi última noche en la capital española. Si pudiera volar mañana en lugar de hoy, me quedaría esta noche para desmadrarme por última vez en Europa. Y, para lo que me espera, vaya que lo necesito.

He pensado poco en este viaje, para ser sincero. No tuve muchos momentos solitarios y meditabundos. Incluso paseándome solo por Père-Lachaise, Morrissey estuvo conmigo, cantando Cemetery Gates. Wilde on our side. Pero lo poco que pensé fue un láser que atravesó mi vida en Lima de extremo a extremo. Aunque no había que cavar muy profundo para encontrar la insatisfacción que siento por no hacer lo que amo.

Don’t get me wrong, I absolutely despise working. Probablemente, odiaría todo tipo de trabajo solo por el hecho de que… es trabajo. De hecho, la chamba en la que estoy ahora es la que menos he odiado y en la que más me he divertido (y durado). Para sorpresa de propios y extraños, I’m actually good at what I do y realmente puedo decir que quiero a la gente con la que trabajo. ¿Cuántas personas pueden decir que quieren, aprenden de y admiran a su jefe? Yo puedo. No es un tipo perfecto, pero está varios pasos delante mío y aún me enseña muchísimas cosas. No sólo para el trabajo, sino para la vida. Me ha hecho más humano y menos huevón. Le debo mucho. Pero eso no quiere decir que esté tan invested in our work como él. A mí la publicidad no me hace feliz, la verdad.

Por mucho tiempo no pude encontrar lo que me haría feliz. Lo pensaba y lo re-pensaba y no llegaba a ninguna conclusión. Intuía que tenía que ver con escribir porque nada me da más placer que venirme en una página en blanco. Nada. Pero eso era muy gaseoso. Podía ser cualquier cosa. Desde la nueva gran novela de la literatura peruana hasta una columna frivolona en alguna publicación. Cualquiera me haría feliz, tbh. Luego, de pronto, mientras cruzaba el puente Alexander III en París, la tuve más clara. La belleza romántica del Sena no tuvo nada que ver, creo. Fue puramente incidental. Mi cerebro, every bit as dramatic as its owner, seguramente pensó «este es un buen lugar para decir que tuvimos una Epifanía». And so, we did.

No lo voy a contar porque a) quiero que se cumpla, b) no sé cómo ni cuándo lo abordaré, y c) ha sido un destello luminoso en la oscuridad de París (¡mal llamada «ciudad de la luz», porque está pésimamente iluminada!) y todavía no la tengo 100% clara. Seguiré por ahora con mi chamba habitual, porque aún no he terminado de construir lo que quiero y me gustaría entregarles a quienes me han dado mucho. Pero ya vislumbro lo que puede venir… y podría ser hermoso. Como ver la torre Eiffel aparecer por primera vez desde un ventanal del metro 6.

Something somewhere [part 2]

Bueno, aquí estoy, aún en Madrid. Sentado en el tren, regresando al depa de mi mejor amiga quien, sin duda, se sorprenderá de verme. «Guess whose plane never left the ground«, diré y seguramente luego reiremos sobre mis verdaderos y sobrenaturales poderes de joven bruja. Did I accidentally call the corners on my flight? I must have! Deseé tanto una noche más que la tuve. Debí ser más específico. ¡Quería una noche de juerga, Manón! Not a hostage situation at Barajas.

No se pierdan en este largo y turbulento recuento, ¿ok? Here we go. Un abordaje, una partida hacia la pista, un retorno al terminal, una revisión técnica no programada que me alcanzó para ver casi una hora de «Hitchcock» (buenaaaaaaza, qué pena que la cortaron), una evacuación del avión, una hora y cuarto de espera para saber si volaba o no, otra hora para salir del aeropuerto cuando la respuesta fue no y 30 minutos esperando el Renfe después, here I am, still in Madrid.

Seis horas, amigos. Son las 5:58 de la mañana y estoy varado en España. LAN, el espanto de volar, dispuso buses para llevarnos a un hotel cerca al aeropuerto llamado Auditorium o algo así (según la aeromoza era cuatro estrellas y muy lindo). Pero los buses iban llegando, con toda la paciencia del mundo, uno por uno para los buenos cientos que éramos y la gente se tiraba encima de cada vehículo cual holocausto caníbal. Finalmente, luego del tercer bus, aún unable to climb on any of them, decidí que el Apocalipsis zombie era demasiado para mí y prefería pasar estas horas robadas al destino desayunando con Johanna. Después de todo, recién al mediodía me van a avisar en qué fucking vuelo voy a volver a Lima y me aseguraron que no sería, de ninguna manera, antes de la una de la tarde. Plenty of time to get back to Barajas.

Mi equipaje, sin embargo, vive un futuro incierto. Todo se quedó en el avión fallado, supuestamente. No sé si aún está aquí, si ya está rumbo a Lima, si volará conmigo, si me esperará allá. Todo lo que tengo es mi maletín, el cual contiene el 60% de mis compras europeas, mi estuche de los lentes de contacto y mi cargador de iPhone. Nada de lo que está aquí conmigo, btw, abriga un pincho. ¡Todo lo abrigador, o sea lo que pesa, lo chequeé con la maleta! Así como los líquidos grandes (a.k.a todas mis cosas de aseo, incluido mi cepillo de dientes). Basically, I’m left to catch pneumonia while unfathomably gross.

Lo que sucederá este día en Madrid, no lo sé. Lo que sucederá en Lima, sí. Mis compañeros me maldecirán por ocho generaciones pasadas y futuras, pues me esperaban para una reunión importante. Me pregunto cómo chucha me compensará LAN por este severo inconveniente laboral. La reunión que me acaban de hacer perder era tan necesaria que yo pretendía llegar jetlaggeado y sin dormir. Calculen. Me compensará cero, asumo. Me agradecerá mi comprensión y se dará media vuelta. That’s fine, LAN. Espérate que tenga acceso a mi Facebook y te voy a DESTRUIR.

Anyway, dentro de todo tuve suerte. Olvidé que mi visa era de una sola entrada e hice todo el trámite para salir del aeropuerto, entiéndase reingresar al país, como todos los demás pasajeros (españoles). Cuando llegué a Aduanas me dijeron «su visa es de una sola entrada» y yo, mátenme. Les dije que esto era una cagada de la aerolínea y que yo no estaba reingresando por mi voluntad. La tipa, que era medio antipática pero buena samaritana a la vez, me dijo «te voy a anular el sello de salida, pero como favor. La próxima vez saca una visa con dos entradas para que esto no te pase». Yo la miré a lo you gotta be fuckin’ kidding me. So, anyway, ya estoy en casa de Johanna, que me mira esperando que le cuente so… keep wishing and watch out for those weirdos. Con suerte, I’ll be coming home one day.


Escala gigante

No, no me refiero a la vieja tienda Scala de mi niñez, me refiero a una puta escala de 12 horas que me he visto forzado a tolerar. Cuando viajen con escala, amiguitos, vean bien las horas de los vuelos. Yo, como el tacaño que soy, sólo vi el precio y hoy estoy pagando uno muy diferente. Es una condena, realmente. Pero, nuevamente mi tacaño interior se opone a pagar 71 cocos para salir del aeropuerto. Me parece una usura, así que le doy la razón. At least there’s free wifi, así que no todo ha sido un suplicio. Me imagino que así se debe sentir ser un marca preso con acceso a celular.

Anyhoo, ya que tenía acceso a internet y otras tres horas que matar, thought I’d share a little something. Ahora, no sé si publicaré esto inmediatamente o lo guardaré para la próxima semana, cuando aún estaré dando vueltas por el mundo. Después de todo, acabo de lanzar una entrada hace unas horas (no sé cuántas porque la zona horaria me traiciona) y no quiero canibalizar mi propio blog. Trataré de que sea ligeramente atemporal y aún relevante cuando lo lean. Esperen, hay un pinche bebé llorando en el aeropuerto y debo ajustar mis audífonos a rather-bleed-through-the-ears-than-listen-to-this-asshole-kid volume.

Now playing: «Manos al aire». So relevant! jajaja… para quienes no lo saben, estoy en Sao Paulo, cumpliendo una sentencia de 12 horas impuesta por LAN camino a Madrid. Será mi primera vez en el viejo continente y no podría estar más emocionado. Voy a visitar a amigos peruanos que amo con locura en diversas ciudades y, además, encontrarme con mis amigos neoyorquinos en Suiza para el festival Caprices, donde veré a Nelly Furtado, entre otros (que me emocionan 590 veces más, tbh! jajaja). De hecho, los que me conozcan y se tomen dos segundos para ver el lineup, descubrirán que del 10 al 15 de marzo, los artistas son calcados de mi iPod. ¿Tori, Björk, PORTISHEAD, The Killers y Mika? Yes, please. Ah, pero si Nelly toca «Manos al aire», gritaré y moriré (e inmediatamente tuitearé el épico momento a otrodaniel).

So, anyway, este viaje me ha hecho pensar en algo, o mejor dicho, «alguien» y pese a mi better judgement, voy a explorar esos recuerdos para sacarles algún partido. No todo es choque-y-fuga en mi vida, amigos. ¡También tengo sentimientos! Even the baddest bitches will fall now and then. Ahora, no malinterpreten mi nostalgia por amor. Todo ha sido superado. Tipo, it’s been a while (I know I shouldn’t have kept you waiting, but I’m here now – ¡lo siento, tenía que hacerlo!). Pero hoy, que por fin estoy a míseras horas de tomar un avión a Europa, no puedo evitar pensar en el día en que nos sentamos a planear este viaje (para mí, ojo, no para los dos. Recién nos estábamos conociendo, nunca tanto). Cuando voy a La Mora siempre me acuerdo de eso y ahora mucho más.

I’m gonna go ahead and get one thing out of the way: no he tenido motivos, más allá de los primeros meses, para extrañarlo. I mourned for a certain period and moved on. De hecho, no pienso mucho en él. Ahora, con el viaje, lo recuerdo un poco más, pero eso es todo. Lo extraño en la medida en que uno extraña a una persona extraordinaria que ha sido parte de la vida de uno. Tengo cero quejas y cero resentimientos about it (me tomó mi tiempo llegar a esto, igual). Me encantó nuestro tiempo juntos. Lamento que haya sido tan corto, pero entiendo que el timing no era y quizá nunca sería el correcto para nosotros. That’s all fine now. O sea, tampoco es que me muera de ganas de verlo con otro y cantar Cool de Gwen Stefani, ah… pero, dentro de los límites del dumpeé, me va bastante bien.

Si nunca se lo dije (y me encargué de quemar todos los puentes digitales por los que podría haberse enterado), lo digo ahora: me parece un tipazo. Inteligente, sencillo, noble, generoso, guapo. Un gran chico. Lo quise mucho y whoever’s the following act, tiene harto zapato que llenar (no pun intended). Pero también fue un pelotudo conmigo y espero que lo sepa y aprenda de ello. Puse mucho de mi parte, pero no era una batalla que yo podía ganar (creo que ni siquiera era conmigo la cosa). No tuve armas para enfrentarte, puse mis manos, manos al aire (lol). Espero que esté bien, la verdad. El otro día lo vi de lejos. Lindo todavía, pero no sé si feliz. Yo la he pasado bastante bien desde que terminamos, aunque superficialmente. Pero está bien. El otro día, cuando Joc me preguntó si estaba completamente tranquilo solo, lo evalué rápidamente y me sorprendí a mí mismo con un sincero «sí». Still have some freaky tendencies in my system jajajaja…

Como en realidad no hablamos, esta es mi forma de decirle que todas estas semanas he pensado mucho en él y me han entrado muchas ganas de contarle que por fin me voy, que estoy emocionado, que veré a muchos amigos, que espero juerguearme como una perra y finalmente encontrar uno igualito a él… con menos issues, jajaja. Also, espero que haya leído el libro que jamás me devolvió, porque yo sí escucho el disco que me regaló. Fácil en algún otro momento, más adelante, te cuento cómo me fue, ¿no? Esta parte es la escala. Una escala gigante. En gran parte por mí, lo admito. Pero, bueno, ya nos llamarán para abordar. C-cool.