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Britney Jean: for the record

Spoiler: este no es un review del octavo evangelio del Libro de Godney, Britney Jean. Yo no sé un carajo de producción de audio, no distingo un beat del otro, no podría reconocer la mano de Doctor-Urbano, DJ-Hipster-Lesbiana o Productor-Polaco-3 upon a first spin y no podría componer un #banger(z promo!!!) por salvar mi vida. Con las justas sé qué es un middle eight y ni siquiera estoy muy seguro de que se llame así. So, no. Esto no es un review. Eso se lo dejo a los más expertos. Creo que el siempre divertido MuuMuse lo hizo súper bien, además. Esto es un comentario sobre la reacción del mundo a Britney Jean.

Por un lado, tenemos a quienes creen que es lo mejor que ha hecho y que wigs will be snatched all around (#AmigaNo); por otro, el equivalente a cuatro promociones de ingenieras de sonido de la Orson Welles que se arañan por los drops, los beats, los middle eights y el registro vocal histórico de Britney. Como dije, yo no sé nada de eso, pero sí sé qué me gusta y qué no. He sido acusado de stan for Britney en sendas ocasiones, pero puedo admitir tranquilamente que este no es un buen álbum para Britney Spears. Yes, I’ve said it. ¡Tranquilícense, cabras! No he terminado.

Decir que «es el mejor lanzamiento del pop este año, OMFG, BRITNEY YASSSSSS, BASIC BITCHES BE SLAYED!! WHEN WILL YOUR FAVES!!» sería defender lo indefendible. Chris Crocker circa 2007 (PS: ahora se ve así. Your faves could never). No es el mejor disco del año ni de su carrera, tiene b-sides mejores que varias del disco, pero tampoco es la desgracia que estas dramáticas dogmáticas están lamentando. I too am a tad underwhelmed porque sé que pudo ser infinitamente mejor, más épico, más atrevido… pero me gusta. Sí, me gusta. It’s a fun listen. No todo, pero varias. Y las que no me gustan, no me hacen sangrar los oídos tampoco. They’re growing on me. De hecho lo he escuchado, tipo, todos los días creo. Me he sorprendido a mí mismo cantando «when I’m witchu, I’m chillin’, I’m chillin’…» y todo bien.

Entiendo la frustración. No es consistente, no está up to her standards, pero ya pues. La perra se puso la barra súper alta y tomó malas decisiones, deal with it. No es el fin del mundo. This is a living legend we’re talking about. O sea, Lady Gaga está comprando su pasaje a Marte AS WE SPEAK para intentar superar ese legado (#lol, gags!) y Katy Perry… no tengo ni la menor idea de qué está haciendo, promocionando «Cuarzo» o algo. Honestamente, para mí, solo con Alien, Passenger y Til it’s gone se ganó mi perdón por este ligero faux pas. Además, ¿acaso no le perdonamos Hard Candy a Madonna, Queen of Everything, en su momento? Take it for what it is or leave it/Britney alone.

Olvídense de todo el floro que rodeó este lanzamiento. No es su «Ray of Light», aunque Alien y ‘Til it’s gone tienen un parentesco lejano. Podrían ser los primos redneck. No es su «disco más personal». Tik Tik Boom, pues. No te pases, amiga. Eso es más pendejo que cuando dijiste que Ooh Ooh Baby es sobre tus hijos. Además, no sé por qué le piden un disco personal a Britney en el 2013. Sería DE TERROR.COM y con justa razón. Después de la debacle de 2007, de la cual no sé cómo salió viva, es obvio que a ella le chupa un huevo seguir en esto. Como alguien DEEPLY UNWORTHY que la conoció en persona, which none of you lessers have, puedo dar fe de esto. She is DONE dealing with people and pictures and press. La pobre era un robot. Si ella escribiera sus canciones ahora, tendríamos «Estoy medicada y hago lo que quiero (feat. T.I)» y «Me llega al pincho tu filtro (the Paparazzi Dream Mix)».

Lamentablemente para Britney, if she wants to live fancy, live in a big mansion and party in France, no tiene mayor opción. She has to work (bitch) y su talento es ser una estrella. No una cantante, no una actriz y, ahora, tampoco una bailarina prodigio. Todo lo que tiene es esa atracción incomprensible, un poder sobrenatural para subirse a un escenario y ser fantástica, an X-Factor, if you will. Y, claro, un catálogo de la puta madre que la respalda. Enters Vegasney. Quienes lo acepten, irán a rendirle un merecido tributo por tiempo de servicio. Quienes no lo acepten y crean que es una conchu, no irán. Listo.

La Britney de hoy es muy diferente a la Britney pre-breakdown (and can you blame her?). Una de las grandes diferencias es que, aparentemente, se ha refugiado en la religión. Para muestra, un piadoso botón llamado Britney Jean. Amiga, está como para misa (aunque súper mejoraría los matris religiosos, ¿no? Passenger en vez de Pescador de Hombres, YES!). Anyway, yo sí creo que si ella pudiera elegir, estaría chillin’ con Jamie Lynn, tomando vino y comiendo pavo frito, no grabando discos hasta el 2018 (o lo que haya dicho). Y probablemente ya está acomodando sus fichas con ese objetivo, so brace yourselves**. Se lo ha ganado, imo. Le deseo una salida con gracia y por todo lo alto. Así que haters to the left. Tomen lo que les guste de ese disco, descarten lo que no, cárguenlo en sus iPods junto a las otras perlas del pop que nos ha dado esta #buenamujer y dejen de rasgarse las vestiduras por lo que pudo ser. Es lo que es. It’s funny. It’s your friend. It’s Britney Jean. And most importantly, it’s our very own pop princess now queen of pop, motherfucking Britney Spears. Show some respect! Bitch.

 

PS: can will.i.am just NOT?

 

** UPDATE: As noted by this blog (y cualquier persona con dos dedos de frente que siga la carrera de our Holy Spearit), el sétimo día de Godney is upon us and on the seventh day, habiendo terminado su trabajo como Las Vegas resident living legend, she will rest. Lo que puse arriba, however likely, era pura especulación, ya que Brit Brit herself nunca se había pronunciado al respecto. Hasta ahora. Cry my tears and dry my eyes, you don’t need to see me cry. Pero como dice MuuMuse, it’s okay. Me sostengo en lo que dije: se lo ha ganado. I will forever be chillin’ withchu, Britney. Todas esas cabras quejonas se arrepentirán de trashear Britney Jean si efectivamente llega a convertirse en… el último. Ahí las quiero ver cantando ‘Til it’s gone a todo pulmón. ‘Cause you truly never know what you got ‘til it’s gone. Gone. Gone.

Meredith is my spirit animal [also #PerfumePromo]

Estaba buscando gifs que expresen mis emociones y me di cuenta que muchos eran de Meredith Grey, la protagonista de Grey’s Anatomy. De hecho la serie me encantaba once upon a time y siempre me identifiqué con Mer… motivo por el cual lamenté que la serie se volviera tan mala después de matar a George y volver loca a Izzie. Seriously, that’s when it all went south. Los escritores se esmeraron en hacernos odiar a Katherine Heigl y en meter nuevos personajes que meh. O sea, los Mercy Westers eran cualquier cosa y los balearon a todos, menos al negro porque, seriously, WOULD YOU KILL HIM OFF?! y a Kepner porque todos queríamos saber qué había sido de la lornaza de Hannah Rogers de «Everwood» —  creció y se hizo doctora, evidentemente.

¿Y por qué sacaron a Addison Adrianne Forbes Montgomery formerly Shepherd? Era un poco la mejor del show. And don’t even get me started on the plane crash, ahí sí ya tuve que abandonar el bote para siempre. No obstante y pese a todo eso, Mer is totes my spirit animal y decidí hacer este post para demostrar por qué. Además mi blog ha estado un poco denso (y todo parece indicar que se pondrá más denso aún en el próximo post), así que era necesario inyectarle algo de banalidad. Es esto o les hago un review de Perfume de Britney. Actually, I’ll do both: Serving «From The Bottom Of My Broken Heart» vocals realness, Godney’s second coming is already iconic. Listo, back to Mer y por qué la amo.

 

Le chupa todo un huevo. Literally, no fucks are given.

Reconoce su naturaleza,

makes no apologies for it,

pero nunca tanto. She’s got her own shit going down, she don’t care for your sob story.

She really does not.

Pero no es que sea una ermitaña, she just knows better.

Siempre será directa contigo.

Y no esperará más de ti que de ella misma.

Pero si ella lo entiende y tú no, no será tan comprensiva… patience is not a trait of ours.

Además, tenemos la misma ética laboral y confianza.

Y coincidimos en lo que significa el amor.

Especialmente unrequited love.

But we work through shit and we’re tough as nails.

Y podemos ser muy lindos y dulces (just as long as you do as we say).

Y nada, la amo a pesar de que la serie se volvió una cagada hace años.
Eso es todo, #kthxbai! #BuyPerfumeOniTunes!

One day goodbye will be farewell :c

«CDs and T-shirts, promos and God knows… you know I couldn’t last.
Someone, please take me home.» – Morrissey.







Ayer, mientras esperábamos que Julieta Venegas salga al escenario para dar un increíble concierto, le contaba a Dani que había ido con una amiga a buscar a Morrissey y pretendíamos hacerlo nuevamente el domingo, o sea, hoy. Daniel me dijo con cariñoso sarcasmo que fuera al cine. Such shade. La verdad, para mí no tiene nada de excepcional ir a buscar a alguien que quiero ver. I’ve done it before. Creo que todos lo saben. Pero en esta ocasión, tengo mis razones.

Si bien estoy relajado con el tema porque ya lo conocí el año pasado y colgué la foto de cuando me autografió el Greatest Hits como la más pesada, esta vez quiero verlo solo por verlo. No quiero pedirle nada (aunque si puedo actualizar mi foto no me negaré). Solo quiero despedirme porque tengo el oscuro presentimiento de que nunca más lo volveré a ver. Honestamente se me hace demasiado sospechoso que alguien que hace no mucho canceló decenas de fechas en Estados Unidos por terribles problemas de salud regrese a Perú después de solo quince meses de haber tocado aquí para ofrecer no uno, ni dos, sino aparentemente tres conciertos (aunque Conciertos Perú ya haya borrado la nota). Igual, así sean dos, ya es bastante.

Morrissey no es ajeno al drama. De hecho, pocas personas han ordeñado la miseria con tanta belleza, éxito y de manera tan histriónica como este hombre encantador, así que cabe la posibilidad de que cuando le dice a Somos (y a cuanto periodista le pregunta) que posiblemente se esté muriendo, sea solo the boy -with the thorn in his side- who cried wolf. Pero también es cierto que tiene 54 años y, en los últimos cuatro, ha colapsado en el escenario por lo menos una vez; ha sufrido cuatrocientos achaques juntos y ha tenido que cancelar la porción norteamericana de su gira, pese a haber dicho que -sea como sea- iba a cumplir con tal compromiso (en la nota más hermosa que un artista pueda haberle escrito a sus fans, btw). And yet here he is, and has been for over a week! En un país donde solo ha tocado una vez y cuyo show no fue sold out – que yo sepa.

Ahora, si alguno de ustedes estuvo en el concierto de marzo del año pasado, recordará que el rugido de la audiencia le volaba los tímpanos a cualquiera. Morrissey, one song into the show, se rió y nos dijo «let me sing, let ME sing!«. Evidentemente nadie le hizo caso y todos cantamos todo. Todo. Al menos en mi zona. El público estaba vivo, como pocas veces en Lima. Moz se fue feliz. Le pasa lo mismo con Chile, motivo por el cual les ha regalado siete fechas, una de ellas gratuita. Mi teoría es que Sudamérica, por alguna razón, vive atascada en los ochenta in more ways than one. ¿Y quién era un dios en los ochenta? This charming guy. Si estuvieran manteniendo a la Muerte a raya con poco éxito, ¿no querrían volver a un lugar donde fueron felices y venerados? Me queda claro que Moz está dispuesto a morir en el escenario, lo ha dicho, y creo que este bien podría ser el One day goodbye will be farewell tour. ¿Por qué creen que estoy yendo a ambas fechas (e iría a una tercera, si la hubiera)?

Tengo que despedirme de mi amigo. Porque si no lo voy a volver a ver, quiero darle un abrazo y decirle que lo quiero y lo voy a extrañar. Tengo que agradecerle estos años de apoyo incondicional, desconocido por él. Y si, de hecho, se mejora y vuelve a salir de gira y lo veo de nuevo, me alegraré como nadie. Moz ya no tiene intenciones de grabar nueva música, solo de hacer giras, así que no me llegarán cartas nuevas. Solo me queda esperar que esas giras no se acaben pronto, para tener noticias de él. Hoy no tuve suerte y no sé si pueda verlo después. Espero que sí. Espero además que se quede un rato más in this unhappy planet, with all the carnivores and the destructors of it. Por Godney que es así. Sino, qué remedio. Deprimido, compraré mi Ouija y esperaré que deletree S T E V E N, porque no estoy listo para perder su amistad. Más le vale que venga a jalarme las patas and kick the shit out of my board.
So, Ouija Board, would you work for me?

 


Update: As foretold by this blog, Morrissey -cuyo nombre, según él mismo, es «sinónimo de cancelación en muchos diccionarios»- postergó toda la gira latinoamericana por «una intoxicación sufrida en Lima». Evidentemente mis sentimientos al respecto son de preocupación, porque no creo en las respuestas oficiales, y en consecuencia, de empinchamiento porque mi querido amigo decidió decirle al mundo que mi ciudad es la culpable de la cancelación del tour (un tour que los médicos le dijeron que no emprenda y del que muchos -incluído él- sospechábamos que no saldría bien parado). Esta nota se vuelve terriblemente hermosa. Así como sus declaraciones de querer morir sobre un escenario. Le agradezco que haya llegado hasta acá y espero que se recupere y el tour se recomponga, but I can’t help but feel like a This Is It ticket-holder.

Tomorrow, will it really come?

#Top15: Cosas que aprendí de Clueless

Amigos, he tenido unas semanas THRILLER. So dramatic and emotional! Me he visto obligado a aceptar que estoy en un punto crítico en mi vida, in an actual make-or-break scenario. Hay mucho por hacer y para todo habrá tiempo, pero todo este soulsearch me está desgastando. I’m, like, over it. Así que voy a romper la densidad de mi vida con banalidades divertidas, como quien hace hora antes de lo inevitable.

No sé si saben, pero tengo una terrible debilidad por las películas protagonizadas por mujeres fabulosas. Si son fabulosas desde la secundaria, mejor. Puntos extra si, además, son películas noventeras y por ende de mis formative years. Efectivamente, Heathers (no es noventas pero casi), The Craft, Empire Records, Cruel Intentions, Jawbreaker, 10 things I hate about you y decenas más han sido parte de mi formación, pero pocas me han marcado tanto como la más épica película adolescente de los 90, Clueless.

Juro que Clueless me enseñó todo lo que necesitaba saber de la vida. I’m not even kidding. Me preparó perfectamente para lo que vendría después de la pubertad (que en 1995 aún no había alcanzado). No sé ustedes, pero yo aún cumplo a cabalidad algunas lecciones del impecable guión de Amy Heckerling to this very day. Con ustedes, mis 15 lecciones favoritas, las que todavía cumplo o jugaron un papel importante en mi vida, de la mano de la nunca tan fantástica y blonda Alicia Silverstone y compañía. Hope you enjoy!

 

#15. Educación vial: saber manejar is about the coolest thing ever, pero hay que hacerlo bien.

#15.1. Aunque solo necesitas aprender a estacionar para dar el examen, tbh.

#14. Política: The government SHOULD get to the kitchen. El mundo es libre.

#13 Cultura general: Hay muchas joyas acá, pero tres se me quedaron por siempre. ¡Y kudos a la película porque me hizo buscarlas!

#13.1. Literatura: «To thy own self be true» (y que hay mucho pseudo intelectual pretencioso).

#13.2. Arte: la obra de Monet.

#13.3. Latín: «Carpe Diem, ok?» (no había gif :c)

#12. Tecnología: El futuro es digital (y también estaba escrito para Alicia Silverstone).

#11. Persuasión: TODO es negociable, hay que saber cómo.

#10. Autoestima: A veces un cambio de look sí ayuda (and it makes Di so happy!).

#9. Anatomía: Miren la mano de Tai. Cambió mi vida.

#8. Seguridad: No puedes sacar el celular en cualquier parte.

#8.1. Y si ya estás en esa situación, caballero. It’s not worth it.

#7. Orientación sexual: Existen los gays.

#7.1. I was SO gay.

# 7.2. But gay is ok! We have the coolest car, the witty catchphrases (hagsville!) and are the life of the party.

#6. Drogas: «It is one thing to spark up a dubie and get laced at parties, but it is quite another to be fried all day».

#5. Relaciones interpersonales: Three lessons that will stand the test of time.

#5.1 El lenguaje corporal es importante.

#5.2. And it goes both ways…

#5.3. Cuando te dicen que llamarán al día siguiente y no lo hacen, no desesperes. Their bio clocks are set to Boy Time.

#4. Crushes: We will all meet someone and have that ONE song…

#4.1. Que eventualmente se convertirá en esto.

#3. En general: This hand gesture. Multipropósitos.

#2. Amistad: we all need that ONE true friend that makes life fabulous. Keep them.

Y mi regla de oro, la más importante, la que nunca olvidé y siempre he cumplido…

#1. Fiestas: «Always make a lap before you commit to a location». 

‘K, love ya, bye!

All these feels…! [o el por qué de mi obsesión con los festivales]

A mi hermana, quién lo diría.

 

¿Han escuchado eso de «alguien ya lo dijo antes y mucho mejor»? Pues, yo soy un firme creyente de ello. No porque crea que todo tiempo pasado fue mejor o que no hay creatividad en el siglo XXI. Simplemente he encontrado que cada vez que quiero expresar algo,  alguien ya lo hizo de una forma más certera, bonita o elocuente. En parte es una mierda, porque me derrota como escritor, pero también me reta a encontrar el turn of phrase adecuado para cada situación (y no hay nada más rico que encontrarlo). But I digress… lo que realmente quería discutir es mi relación con la música. Bear with me, it will all make sense in a second.

Para serles sincero, no recuerdo mucho de mi niñez. Recuerdo que mis padrinos, a quienes no he visto en décadas y cuyos nombres ya olvidé, me decían que «hablaba como viejo» (lo que me hace pensar que probablemente nunca tuve una). Recuerdo fiestas de cumpleaños, juguetes, a mi primo, amigos de colegio, sí, todo eso. Recuerdo haberme divertido, haber jugado y reído, pero también recuerdo sentirme fuera de lugar la mayor parte del tiempo. No me encontraba con los niños de mi edad y paraba con gente mayor que yo casi todo el tiempo. El problema con eso es que yo era mucho más inocente que todos esos chibolos que se las querían dar de pendejos. Ultimately, tampoco me encontré entre ellos y me ensimismé cada vez más. Lo cual, déjenme decirles desde ya, it’s not a bad thing. Ser introvertido no es un crimen ni algo que compadecer. Lo único que no me gustaba era sentir que no había nadie que pensara o se sintiera como yo. Then music happened.

Si bien mi hermana no es Zooey Deschanel en Almost Famous y no hemos sido particularmente cercanos desde hace muchos años, ella fue quien me abrió los ojos a través de los oídos. Escuchaba música con ella, en la radio, cuando éramos chicos y más amigos. Nos gustaba casi lo mismo porque, básicamente, nos gustaba todo. Ninguno tenía preferencias en esos años. Salvo por el latinoide que odiábamos con pasión (ahora ella escucha pachanga, por ejemplo. Creo que nuestra relación murió right there and then, jajaja). MTV y la movida alternativa era todo en nuestra vida, pese a que ninguno hablaba muy bien inglés in the early 90’s. Con su bendición (y la plata de mi mamá), compré mi primer CD a mediados de 1996, pero antes de eso, ella ya me había hecho el mejor regalo del mundo: un atado de cassettes copiados – sí, cassettes, coño – que ella ya no quería o ya tenía, no recuerdo. Entre ellos, To the faithful departed de The Cranberries, que había salido recientemente, y Jagged little pill de Alanis Morissette, lanzado el año anterior. Mi vida cambió para siempre ese día. Encontré en los acordes lo que nunca pude expresar con palabras y, posteriormente, cuando mi inglés se hizo más potente y estas mujeres siguieron lanzando discos, encontré en algunas letras todo lo que siempre había querido decir sin éxito.

Desde ese momento en adelante, la música fue mi mejor amiga y me sacó de secundaria en una sola pieza. Tenía amigos reales, sí, pero no sentía una conexión tan fuerte con ellos. No la necesitaba. A esas alturas ya tenía a Tori Amos, PJ Harvey, Björk, Fiona Apple y cuanta mujer con micrófono se me puso por delante. Ellas me ayudaron a reconocerme, a salir del hoyo. Tenía a Garbage, Green Day y The Smashing Pumpkins para mis ratos de rabia. Tenía a No Doubt y las Spice Girls para divertirme. No sé cómo explicarlo. Cuando eres chico y no te sientes «como el resto», puedes confiar en tus amigos hasta cierto punto, pero no al cien por ciento. A esa edad, hay cosas que no le cuentas a nadie y usualmente son las más críticas. Darte cuenta de que eres gay, por ejemplo. Estoy bastante seguro de que mi proceso de auto aceptación fue menos traumático por todas esas bandas y solistas que se sentaron en el suelo conmigo, cuando estaba solo en mi cuarto preguntándome «por qué a mí». Todos, a su manera, me dijeron que no tenía nada de extraordinario y que deje de ser tan cabra. O sea, imagínense cómo me sentí cuando descubrí a Placebo. Uf, ¡qué paja fue! Quería pelearme con el mundo. Take on every hater, out, proud and vicious. Y ni hablar de cómo me sentí cuando, después de mi peor break up (first gay break up, obvio), me estrellé de casualidad con un señor que preguntaba a voz en cuello «¿por qué vienes cuando sabes que hace todo más difícil para mí? ¿Por qué llamas por teléfono y por qué me mandas notitas tontas?». Tipo, creo que ese día me bajé toda la discografía de Morrissey y lloré como si hubiera encontrado a mi alma gemela.

Vivir en Perú, sin embargo, posed a problem. Hasta 2003, cuando vino Alanis por primera y única vez a Lima, NINGUNO de mis amigos me había visitado. De hecho, la Alanis que me visitó no era la que yo recordaba. Era una Alanis post Under Rug Swept y pre So-called Chaos, o sea, más sosegada y con el pelo corto. Pero bueno, seguía siendo la misma mujer que me enseñó que a veces era inevitable disecarlo y descomponer todo y que todo lo que realmente quiero es algo de paciencia para calmar mi voz iracunda, así que fui y le aplaudí desde la tercera fila de la Explanada como nunca le había aplaudido a nadie. Entonces me di cuenta que todos esos años habíamos mantenido una amistad por correspondencia y eso se aplicaba a absolutamente toda la música que amaba. Todas esas canciones eran correos que ellos me mandaban y que yo leía con mucha atención en la oscuridad de mi cuarto. Escucharlas en vivo era como tener una conversación real, ¡porque finalmente ambos estábamos ahí! Después de eso, nada volvió a ser lo mismo. Sí, todavía amaba escuchar música en mi cuarto y aún me ayudaba, pero los CD’s eran pastillas y los conciertos, una inyección. Pensaba mucho en eso, pero no con seriedad.

El último semestre de 2004 experimenté varios golpes que no voy a detallar. Suffice to say I was at my lowest. Finalmente llegó el verano y decidí sacudirme la depresión viajando un mes a Miami. Tenía algo de plata ahorrada de mi chamba en la universidad y mi mamá me puso el resto. Two weeks in, I was bored out of my skull. Tenía 20 años y no era legal. Entrar a juergas era casi imposible por mi cara de bebé. Jailbait, as they say. Me tenía que contentar con ir a la playa y gilear un poquito con algún surfista churro. Entonces recibí un newsletter de toriamos.com anunciando una firma de autógrafos en Nueva York. Me quedaba un huevo de bolsa de viaje porque, además, había retomado mi discreta anorexia y no había gastado nada en comida. And so, I kissed my aunt good-bye y me largué a Nueva York. Me encontré con un amigo que andaba por allá, paseamos, nos reímos, me acompañó a conocer a Tori y me tomó las fotos de rigor… uf, no. Fue genial. Pero me quedé con ganas de más. Básicamente, me repetí a mí mismo ochenta veces «¡por qué coño no cantó!».

Hasta este punto en el relato, han pasado dos cosas cruciales que cambiaron el juego. Repasemos: 1. Fui al concierto de alguien que realmente había amado por años. 2. Viajé sin miedo alguno a buscar a alguien más, que también había amado por años. En 2007, pasó la tercera: ganaba mi propio dinero. Ya trabajaba en la universidad como asistente de la Secretaría Académica y ganaba algo de plata, pero además hice mi primer freelo como camarógrafo para una activación BTL en la agencia de mi hermana. Fue la cosa más espantosa yet divertida que jamás he hecho y con el jugoso cheque que me dieron ese Marzo y lo que tenía ahorrado de la universidad, decidí combinar todos los elementos e ir en busca de mis amigos. Me fui a Chile con una amiga a ver a Placebo (original lineup, además) y la experiencia fue tan increíble que ya no pude parar. Fue como respirar hondo por primera vez. No podía entender por qué me había conformado con respirar normalmente cuando podía llenar mis pulmones hasta reventar. Si hubiera sabido que esto era una opción, habría trabajado desde los doce años, creo…

Así es como todo empezó, amigos. Después de ese concierto, 30 de marzo de 2007 (jamás lo olvidaré), literalmente ya no había quién apague el incendio que se originó en mí. Quería verlos A TODOS y no me detendría ante nada. Ese mismo año, tras solo un mes en mi nuevo trabajo, hice maletas otra vez y emprendí un roadtrip por todo Florida para seguir a mi diosa absoluta, Tori Amos. No conocía a nadie, no tenía hospedaje, no tenía carro, no tenía nada, solo mis entradas y la férrea determinación de llegar a todos los conciertos. Me lancé a la aventura e hice amistades increíbles que mantengo hasta el día de hoy y fue, quizá, el mejor viaje de mi vida. Hice todo lo que mi mamá me dijo que nunca haga: me subí al carro de extraños, dormí en casas de perfectos desconocidos, me quedé en hoteles random al lado de la carretera, me metí a hot tubs calato con varios hombres y mujeres y CONCHA SU MADRE, NO PUEDO DEJAR DE SONREÍR ESCRIBIENDO ESTO. It was fuckin’ EPIC. Nunca me había divertido tanto en toda mi vida.

¿Cómo te detienes cuando vives algo así, pues? I just couldn’t and still can’t. Soy un adicto, literal. En 2008 me fui a Argentina a ver a la Reina, Madonna, y regresé al año siguiente para ver a Lily Allen en mi cumpleaños. En 2009 también fui a California a ver a The Cranberries y a mi novio, Morrissey. No podía con mi alma. En 2010 me fui al festival Corona Capital de México a ver un puñado de bandazas, que incluían a Metric. Eventualmente Metric canceló y los odié por casi un año, pero pude ver a Regina Spektor, James, The Temper Trap, Two Door Cinema Club y varios más en primera fila. En 2011 renuncié a mi trabajo y me largué casi dos meses a California (una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, creo). En esas seis semanas de absoluta felicidad, experimenté LA MADRE de todo: Coachella… y creo que nunca he sido tan feliz (as evidenced by this photo). La cantidad de conciertos que vi en esos tres días fue obscena: Robyn, Ellie Goulding, PJ Harvey, Scissor Sisters, Suede, Mumford & Sons, Broken Social Scene, The National, tipo… lloro de solo recordarlo. El sol, la música, la gente, los churros, los amigos. I CAN’T. En diciembre de ese año, decidí hacerle otra visita a Tori. La perseguí por Nueva York, Washington y Boston. El 2012 fue el año de las sacadas de espinas. Tras la cancelación del Planeta Terra Lima, me cagué en todos y me fui a Chile a ver a Garbage. A mí NADIE me cancela. Y hablando de eso, ese año también vi a Metric en Miami. De hecho, convencí a la siempre super trooper Miryara para aventurarnos por la Florida y vimos también a Florence + the machine y Fiona Apple. Más tarde ese año nos volvimos a largar, esta vez con más amigos, para ver a Madge hacer sus pasos de viejita en el MDNA tour en Buenos Aires. Simplemente increíble.

Para mi buena suerte, Lima hace ya un buen tiempo pasó a ser un destino musical importante y mis conversaciones con estos amigos se han hecho más frecuentes y menos costosas. Pero, evidentemente, aún estamos lejos de ser parada obligatoria para muchos de mis mejores amigos, así que a ellos todavía salgo a cazarlos. En lo que va del año, como ya saben, asistí a mi primer festival europeo y me reecontré con viejos amigos e hice algunos nuevos (I’m looking at you, Nelly!). No puedo ni quiero parar, así que mi siguiente festival is already in the works y, de acuerdo a su sitio web, en este preciso instante, estoy a solo 109 días, 16 horas, 14 minutos y 26 segundos de toda esa felicidad… Summer in Montreal? Trust me, I’m counting. Esa es la historia, amigos. Al menos hasta el día de hoy. Quién diría que sería mi hermana la que empezaría todo esto. ¡Si la concieran, dirían #KHA…!

 

To Rafael Urbina, thanks for everything! Luis Cueto.

Hoy, lunes 4 de marzo, uno de los amigos que más amo cumple años.
Mi #Eurotrip me impedirá estar presente, but I shall gift him a little story,
which should feel like «a touch of magic in a world obsessed with science» ❤

 

 



«Escúchame, cariño, ya son las cinco. ¿A qué hora cree que va a venir esta mujer a tomar las fotos?», exhaló Maruja, visiblemente fastidiada. «Se nos va a ir la luz y tú sabes que la sala―», el sonido de cuatro revistas golpeando la mesa la detuvieron en seco. «¡Mamá, por favor!», chilló Pía, al borde de la histeria. Una verdadera bridezilla, si alguna vez he visto una. «Ya confirmó con Leti que está viniendo, ¡no me estreses más que voy a salir horrible en las fotos!», dijo conteniendo el llanto. Sería lo más natural sentir lástima por la pobre chica… si no se hubiese comportado como una absoluta perra toda la semana. En fin, era cierto, Malena De Ferrari me había confirmado que vendría a tomar las fotos de la novia, pero ya saben cómo son las divas. Les pagas 15 mil dólares por sesión y aún así te están haciendo un favor.

Maruja tenía una sola palabra para describir a su hija mayor, que ahora acomodaba desesperadamente cuatro revistas sobre la mesa de café, «fantástica». Manolo, su padre, parecía tener otros calificativos para su primogénita de 29 años que avanzaba y retrocedía frente a la mesa, moviendo revistas, entrecerrando los ojos y reorganizándolas frenéticamente. De otra manera, no entiendo por qué estaría escondido en el estudio, inventándose llamadas urgentes y crisis de exportación (en este momento, tiene el auricular en la oreja, sin embargo, yo sé que Bárbara, mi asistente, está en línea con la florería). Hace bien. Una boda es la prima glamorosa de la guerra. Lo mejor que puedes hacer es mantenerte lejos del fragor de la batalla. Él sabe su parte, sabe cuándo tiene que aparecer, sonreír, ejecutar su misión y desaparecer con la misma gracia. El resto son detalles delegados y responsabilidades de terceros. ¡Es un hombre de negocios, por Dios!

Cuando finalmente estuvo contenta con la mesa de café, la novia miró a su alrededor y se dijo a sí misma que todo era perfecto. Pía inhaló con fuerza y exhaló lentamente. «Perfect«. La casa donde había crecido y que pronto abandonaría para formar su propio hogar con Eduardo Figueroa, lucía tan maravillosa como cuando Manolo y Maruja se enamoraron de ella por primera vez. Ahora, por fin, podía terminar de colocarse el vestido corte sirena con delicados encajes en el corsé. No podría negar que la perra era una visión, porque, además, me pagan por ello. Bárbara llegó a un acuerdo con la florería, que nos había prometido dalias sin tenerlas, y todo parecía estar listo. Excepto la sesión de fotos con Malena que, a insistencia de la novia, se estaba haciendo cuatro días antes para asegurarse de que las fotos fueran perfectas. «El domingo no voy a tener tiempo ni cabeza para ver nada y no me voy a arriesgar a salir malaza», me ladró Pía anoche. «Quiero adelantar la mayoría de fotos y darle visto bueno a todo». Freak.

¡Ay, pero qué hace una! Cuando se es wedding planner, no queda más que decir que sí. Así nos ganamos el caprese en pan pita integral de cada día. Es un negocio terrible este, eh… le pone lo vil a servil. Hay que sonreír y ejecutar. A veces, literalmente. Lo bueno es que siempre puedes derivar la ira mal dirigida del cliente hacia los proveedores. ¿La novia está terriblemente ofuscada porque la falta del centro de mesa perfecto ha evidenciado que su futuro esposo es un pobre diablo y su matrimonio será un fracaso? ¡Todo es tu culpa! No, cariño, un segundo. Yo te consigo ese centro de mesa así tenga que exprimirle las pelotas al florista hasta que me cague una maravilla. ¡Tú sí me entiendes, ahora mi marido es churrísimo de nuevo, seremos súper exitosos y jamás nos separaremos! A-go-tador, tesoro. Nunca he tenido que besar tanto culo en mi vida. ¡Pero cómo pagan estas estúpidas!

Entonces, henos aquí, aparentemente, esperando a Godot. Han pasado siete horas y la mujer no da señales de vida. Mi vida, podrás vivir en Milán, pero claramente tu reloj biológico es peruano. En fin, mejor así. Si Malena hubiese llegado (quisiera decir puntual, pero han pasado tantas horas que si hubiese llegado cuatro horas tarde aún estaría a tiempo) un segundo más temprano, habría encontrado a una novia histérica y a medio vestir. No me imagino la pataleta que hubiese lanzado si hubiese tenido que esperar que la niña esté feliz con sus cuatro revistas. Habría sido un duelo de alaridos tipo Xena que, sin duda, habrían terminado con una mujer flotando boca abajo en la piscina y otra presa. Aunque supongo que Pía habría estado menos tensa si Malena hubiera llegado, qué se yo, hace tres horas. Nunca lo sabremos. Es como la huevona y la gallina, jo jo. Ay, Leti, you’re so bad!

«Tengo las dalias», susurró Barbara emocionada. «El señor Héctor me dijo que―», perdí la concentración el segundo en el que sonó el timbre. «La señorita De Ferrari», anunció Dorita, la chica de limpieza. «Señorita», soltó Maruja, con malicia. «Tremenda lesbiana». Pía, que había levantado la cabeza y mirado derecho al vacío con atención felina en cuanto sonó la puerta, se incorporó y avanzó con pequeños y decididos pasos. Tiesa como ella sola. No sabría decirles si era la tensión o estaba en coca. «Cállate, mam― ¡hola, Malenita! ¡Qué gusto!», sonrió Pía. De pronto, las siete horas que me tuvo cojuda con «dónde está, ¿ya la llamaste?, llámala, ¿qué dice?, ¿ya viene?, ¿la tienes en Whatsapp?, ¿qué le pasa a esa cojuda?, ¡llámala de nuevo!» se desvanecieron mientras ambas besaban violentamente el aire. De pronto el ambiente se cargó de electricidad. Este cruce entre Miranda Priestly y Nina Mutal atravesó la habitación como un huracán. «¡Listo, vamos, vamos!», ordenó Malena a su equipo, que instalaba a toda velocidad reflectores y se posicionaba estratégicamente con rebotadores y otros chiches de fotógrafo. «¿Qué tal, hija? Ya estás, ya», le preguntó a Pía sin el menor interés, mientras se colgaba la cámara. «Uf, sí, Male, no sabes. ¡Emocionadísima!», respondió entusiasmada, sin notar que su interlocutora pasaba de ella como de los penes.

Debo decir que me fascinó la rapidez con la que su ejército desplegó toda una nave nodriza de artefactos para la sesión. En lo que le tomó a Malena llegar de la puerta al otro extremo de la sala, sus despavoridos asistentes habían montado el Voyager. Bárbara me miraba con pícara complicidad. Creo que también pensó que debía contratarlos. Aunque no creo que me hubieran funcionado a ese nivel. Para empezar, yo no estoy afiliada a Lucifer. Además, mi voz no transmite áspero terror como la de Malena, que aparentemente se prepara un batido de piedras, petróleo y ceniceros arrebozados con un shot de coñac cada mañana. Escucharla me genera flemas imaginarias. Les juro que ella, la Plevisani y Kina Malpartida me dan unas ganas incontrolables de aclararme la garganta. «Ya, ¡vamos, vamos!», rugió Malena. «A ver, sí, ajá, mira para allá. Los ojos. Ajá. No, más, ¡abre los ojos, hija!». Uy no, peor que Natalia Málaga. Puedo ver a Pía empezando a sudar y a Maruja levantarse de su tercer gin & tonic. «Mira para allá, ¡para allá! ¡No sonrías, no seas chola, esto no es el Parque de las Aguas! A ver, Toño, cárgame acá». Esto va a terminar a escopetazos y no tengo suficiente Vicodin para lidiar con ello. Es el momento perfecto para soltar mi mítico y siempre efectivo «las dejo en buenas manos, chicas» y largarme, «fantástica». Bueno, a lo que viene. Las dalias, faltan cuatro días, ¿en qué quedamos con eso? ¡Bárbara!

Ser el/la peor

Quiero dedicarle este primer post a Michelle Williams.
Get it, gurl.


Son más de las dos de la mañana y no puedo dormir. En menos de seis horas, tendré que abandonar esta parrilla que llamo cama e ir a trabajar. Ahora, si mi insomnio estuviera relacionado al maldito calor que estamos experimentando, no sería el peor. Sería una víctima de las circunstancias y el calentamiento global. Pero, la verdad es que tomé una siesta después de almorzar y esta se prolongó hasta pasadas las 8 de la noche. Por ende, por floja y por gorda, ahora no puedo dormir. Eso me hace, in a nutshell, el peor.

Puedo sentir cómo me juzgan y me quema, casi tanto como la sábana blanca que me fríe la espalda como si fuera frazada térmica. En mi defensa, les diré que lo primero que hice al despertar fue salir a correr por el malecón. Bueno, en realidad, primero me tomé un anís, porque dormir después de comer me sentó pésimo. Pero lo segundo – un ratito, voy a abrir la ventana un poco más porque literalmente me estoy pudriendo de calor… ¡listo, gracias! -, fue ponerme mis Nike Lunarfly 2 made in China y sudar el jamón por la costa Miraflorina. Eso me hace el mejor, sépanlo.

Entonces, ¿es posible ser el mejor y el peor al mismo tiempo? Usualmente puedes ser el mejor y el peor en el mismo día, pero se han registrado casos de aquellos que rompen el espacio-tiempo para ser increíbles en su pobrediablura (it’s a thing, look it up). Un claro ejemplo es, por supuesto, unexpected Queen of the SuperBowl, Michelle Williams. La pobre mujer voló por los aires, fajada y entacada (there goes your gravity center), para aterrizar como un moscón y luego hacerse la digna. Ella fue la peor, sobre todo si la comparan con Kelly Rowland que dijo «ah, no. Amiga, un ratito. Si me vas a disparar del suelo al escenario (¡qué perra Beyoncé, admítanlo!), yo voy a caer como LA MEJOR Y MÁS AERODINÁMICA MORENE DESDE MICHAEL JORDAN, ¿OK?» y así lo hizo.

Poor Michelle no tuvo tanta suerte y su retorno triunfal se vio opacado por ese mísero segundo en el que ni ella ni el público sabían si caería de pie. Todos, evidentemente, esperábamos que se saque la mierda and yet… no. We were still rooting for her. Porque, por favor, pobre mujer, se merece un golpe de suerte, no de culo. ¡Y lo logró! Contra todo pronóstico, aterrizó en sus pies y, por un segundo, fue ridícula y épica a la vez. Four for you, Michelle! You go, Michelle! (I literally almost typed Kelly, tho… mi subconsciente ni siquiera la registra cuando escribo sobre ella. Lol).

¿A qué iba con todo esto? A nada realmente. Solo que son, ahora, las 3:03 de la mañana y todavía no puedo conciliar el sueño y mañana voy a ser un ente y voy a odiar todo y a todos y seré, en efecto, una vez más y con esmero, el peor. Ah, además quería una excusa para comentar lo de Michelle porque, come on, that shit was funny! Pero ya en serio y en español, cuando se sientan el o la peor, recuerden una sabia cita que escuché de mi amigo Pollo y hoy me entero que era de Rafa (get that promo, girl!): «no se puede ser la mejor sin antes haber sido la peor». Analizaremos esto a detalle cuando no sean las tres de la mañana y no tenga que trabajar. Consideren esto la primera entrega. And now, a Michelle gif.